Pablo Domingo Pujol y Solano
Nació en la Capital en 1823. Fueron sus padres el negociante catalán Pablo Pujol Clanchet y la santiaguera Antonia Solano. Gracias a la holgada posición económica de sus padres, fue enviado a estudiar a Barcelona, España, donde pasó varios años dedicado al estudio de la filosofía, las letras y el comercio. Adquir seis idiomas. Cuando regresó se quedó en Puerto Plata, dedicado al alto comercio y luego se trasladó a Santiago. Cuando se produjo la Revolución liberal del 7 de julio de 1857, Pujol sobresalió como una de las más altas inteligencias al servicio del gobierno de José Desiderio Valverde, que tuvo sede en Santiago. Fue diputado al Congreso Constituyente que aprobó la avanzada Constitución de Moca de 1858, texto del cual fue uno de principales redactores.
La reacción, con el brazo armado de Pedro Santana, frustró aquel ensayo liberal de la emergente burguesía, especialmente su sector comercial y la intelectualidad avanzada de la época. El fracaso de este movimiento tuvo graves consecuencias históricas. Triunfó una vez más el ala más conservadora de la burguesía y se reforzó aún más el poder semifeudal de los hateros; se frustró la posibilidad de cambios y avances que se había creado y, todo esto condujo a una frustración de mucho más alcance.
Los tenues anhelos de desarrollo independiente de la burguesía media, especialmente de su incipiente y débil sector industrial y el comercial, fueron a estrellarse poco después cuando, desde el poder que habían usurpado,el general Pedro Santana y sus cómplices llevaron la República al matadero histórico de la anexión a España. Por eso y por otras causas importantes la reacción de esas capas sociales y el sector político nacionalista y liberal fue tan contundente y su combate por la Restauración tan resuelto y radical. Pujol fue ejemplo viviente de esa verdad. Se enroló militantemente en la conspiración patriótica que desembocó en el malogrado levantamiento del 24 de febrero de 1863 en Santiago. Era regidor del ayuntamiento de la ciudad, estuvo puntual y decidido a la hora de la acción. Dirigió el asalto al local de la cárcel vieja y liberó los detenidos que allí se encontraban.
Tras el fracaso, fue apresado, juzgado y condenado a sufrir presidio en Ceuta, al norte de África, pero recuperó la libertad poco tiempo después. Cuando la Guerra Patria resurgió con el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, Pablo Pujol se puso al servicio del gobierno y a lo largo de la guerra desempeñó posiciones importantes, como la presidencia de la Comisión de Guerra, junto al general Mella, y la Secretaría de Hacienda. También cumplió misiones diplomáticas en Washington, como enviado ante el presidente Abraham Lincoln.
Fue uno de los comisionados del presidente Pepillo Salcedo en las negociaciones iniciadas con De la Gándara en Monte Cristi a mediados de 1864 y no dejó de mostrar su rotundo desacuerdo con el carácter que el presidente le estaba imprimiendo a tales negociaciones. Siguió en el cargo después de la caída de Salcedo y el ascenso de Polanco, en octubre de 1864. Pero al caer Polanco y subir Pimentel a la presidencia, Pujol fue perseguido, encarcelado y confinado a Samaná, como coacusado de la ejecución de Salcedo.
En agosto de 1865 la sublevación del general Cabral en la Capital derribó a Pimentel. Cambió la situación de Pujol, que pasó a servir a Cabral. Entonces puso Pujol una indecorosa mancha sobre su nombre y su historial de patriota, cuando viajó indignamente a Washington a negociar con el gobierno de Estados Unidos la venta o el arrendamiento de la bahía de Samaná. Se vino rápidamente al suelo el frágil gobierno de Cabral y, por fortuna, la negociación no prosperó.
A la vuelta del tiempo, como si recuperara su paso de soldado de la causa nacional, se lanzó a la lucha armada contra las pretensiones anexionistas de Buenaventura Báez. Corría el año 1869, estaba Pujol en las Islas Turcas y vino en la expedición del vapor El Telégrafo; entró por Barahona a tierra firme y se quedó peleando en las guerrillas del general Cabral.
Murió Pablo Pujol en San Juan de la Maguana, el 13 de septiembre de 1871, en pleno apogeo de la Guerra de los Seis Años contra Báez.