Benigno Filomeno de Rojas

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Benigno Filomeno de Rojas

Reseña Biográfica

Benigno Filomeno (Santiago 1811 † Santo Domingo 30 de octubre 1865). De su niñez y adolescencia no se conocen mayores datos e informaciones y aparece en el escenario político después de haber residido durante muchos años en el exterior.

Una de las figuras más influyentes del pensamiento político dominicano es un personaje desconocido, en los orígenes de su vida y el papel que jugó en importantes acontecimientos históricos nacionales. Patriota, político, inductor y mentor de las más grandes figuras del siglo pasado, Benigno Filomeno de Rojas es un caso singular en la historia de los próceres dominicanos. Fue un actor de primera categoría en dos episodios como la Revolución Constitucionalista de 1857 y la Restauración de la República, que definieron el perfil histórico de la nación.

En abril de 1829, a los 18 años de edad, se alista como guardiamarina en el buque "Barhm" de la Real Marina Británica y once meses después es dado de baja de esa institución, el 27 de marzo de 1929, en el puerto de La Guaira, Venezuela. Transcurren más de catorce años sin que se pueda seguir el rastro de Benigno Filomeno ignorándose donde residió y a qué se dedicó durante tan largo tiempo.

Según la obra mencionada aparece en diciembre de 1844: En Nueva Orleans, Estados Unidos, posiblemente trabajando al servicio de su hermano José María, y en negocios de éste. En esta fecha escribe a Lord Alberdeen, Ministro de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña, para tratarle asuntos relacionados con su país natal. En 1846 regresa a su país y se instala en su pueblo natal, después de 22 años de ausencia. Por su iniciativa y en compañía de otros munícipes es fundada una institución del sector privado denominada "Sociedad Patriótica de Fomento".

Según algunos de sus biógrafos, particularmente Gregorio Luperón, quien merece crédito porque le conoció y trató personalmente, Benigno fue educado en Inglaterra, o residió allí por largo tiempo, donde estudió derecho y obtuvo el título de abogado. Enrolado en el Servicio Exterior de ese país desempeñó funciones diplomáticas en Washington ante el gobierno de los Estados Unidos. Allí pudo compenetrarse bien de los principios democráticos, adquiriendo una superioridad en el conocimiento de los negocios públicos, que lo colocó a gran altura.

La importancia de los puestos que desempeñó revela que hablaba la lengua inglesa a la perfección y que era un hombre habituado a un estilo de vida, diametralmente opuesto a la sociedad dominicana de esa época que era un conglomerado rural, autárquico y precapitalista, en el cual las relaciones de producción se encontraban en una fase de desarrollo propia, si acaso, del siglo XVII.

Vida Política

Residiendo en los Estados Unidos y como él mismo consigna en su discurso del 25 de marzo de 1865, ante la Convención Nacional, en Santiago, tuvo conocimiento de la independencia de su patria. "En el año de 1846 y en lejanas tierras, llegó por primera vez a mis oídos que mis conciudadanos estaban comprometidos en la más noble y sagrada de las luchas para obtener su libertad y su independencia. Impelido por el más puro amor a mi patria, me decidí a abandonar la posición social que en aquellos países ocupaba, no diré para trasladarme, sino para volar a mi país natal, a prestar a vuestra causa común el contingente de mis débiles esfuerzos y de mi escasa, pero sincera cooperación".

Regresó a Santo Domingo en el año 1846 cuando el sector más conservador y socialmente atrasado de la débil nación, habla asumido la dirección de la vida nacional, El liderato de Pedro Santana se encontraba en el inicio de su largo ascendiente y el general hatero al igual que la camarilla que le apoyaba y rodeaba, vio en el joven santiaguero, un perturbador y agitador del orden establecido. Otros lo consideraban un visionario y un Quijote defensor de la libertad de prensa, de los derechos humanos, y de la profesión de cultos. En un escenario compuesto por hombres que en importante número pensaban igual que Pedro Sántana, Benigno Filomeno de Rojas no pudo abrirse camino.

Se dedicó al ejercicio de su profesión de abogado y en pocos años llegó a ser la figura más notable de los tribunales del Cibao y la Región Norte, sindicado por las autoridades como enemigo de los santanistas a quienes había rehusado cargos en el Gabinete.

Al producirse el levantamiento constitucionalista del 7 de julio de 1857, Benigno Filomeno vino a cerrar filas con los revolucionarios quienes lo eligieron Vicepresidente de la República, posición desde la cual presidió la Asamblea.

Constituyente de Moca, que elaboré la Constitución más progresista del país durante el pasado siglo. Desde ese momento, el ilustre santiaguero, pasó a ser una de las figuras, sino la primera, más influyentes del pensamiento político dominicano.

Desde hacía más de 10 años venía junto a Ulises Francisco Espaillat realizando en el orden de la vida civil, en el campo económico, agrícola y manufacturero, una encomiable tarea para acelerar el desarrollo productivo de la región del Cibao. Por estas razones, entre otras, no aceptó bajo ninguna circunstancia la infame conducta de Pedro Santana que anexó la República a España, gobernada por una monarquía obsoleta y esclavista, en un acto de traición contrario al deber de los dominicanos obligados a luchar por el engrandecimiento de su patria.

Continuó en su pueblo natal dedicado a las actividades profesionales y se sumé al movimiento Restaurador iniciado el 16 de agosto de 1863. Benigno Filomeno fue elegido por los Restauradores como Vice-Presidente de la República en Armas y Encargado de la Dirección del Gobierno Restaurador. Su nombre aparece como primer firmante del Acta de independencia del 14 de Septiembre de 1863, seguido de los nombres de Pablo Pujols, V. Curiel, Ulises F. Espaillat, Pedro F. Bonó, Ricardo Curiel, y otras figuras civiles de la gesta Restauradora. Más adelante en la exposición dirigida a la Reina Isabel II el 24 de Septiembre del mismo año, su nombre encabeza los firmantes en su calidad de Vicepresidente del Gobierno Provisional Encargado del Poder Ejecutivo.

Según el testimonio de varios restauradores el primer documento había sido redactado por el abogado venezolano Manuel Ponce de León y el segundo por Benigno Filomeno de Rojas, pero en ambos se nota, por el estilo, la influencia del prócer santiaguero.

Gregorio Luperón quien según su propio testimonio tuvo profundas diferencias con Benigno Filomeno de Rojas lo calificó "Mentor de los Restauradores" y dijo de él que fue "hombre de Estado de primer orden, apóstol de ideas avanzadísimas, de principios democráticos, distinguiéndose por su honradez y la pureza de sus pensamientos. A ella debe mucho la Restauración dominicana, y ojala que puedan hacer muchos tanto como él".

Durante los dos años de la Guerra Restauradora, Benigno Filomeno de Rojas fue el jefe Civil del Gobierno Provisional y de su Gabinete. Bajo sus órdenes, unas veces, actuaron las figuras más señeras de ese gran episodio de nuestra historia, aunque no siempre tuvieron identidad con sus criterios políticos, como lo hace constar él mismo en su discurso ante la Convención Nacional en marzo de 1865.

Murió pocos meses después de restaurada la República el 30 de octubre de 1865 de manera misteriosa en la Ciudad de Santo Domingo, a los 54 años de edad, según algunos, envenenado por sus rivales políticos aunque ya estaba enfermo y aquejado de graves dolencias y una incurable disentería. Patriota, honesto, capacitado, consagrado, es una de las más dignas y hermosas figuras de la historia dominicana.