Pedro Floentino

De Enciclopedia Dominicana SOS
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Pedro Florentino

Nació en Hincha, hoy territorio haitiano. Su padre fue José Antonio Florentino, de ascendencia italiana. Pedro Alejandrino era el nombre de este porfiado personaje, protagonista en dos guerras por la Independencia. Tan discutida y controversial ha sido su figura histórica hasta el punto de que hay más de una versión sobre la fecha y el lugar mismo de su nacimiento. Su biógrafo y defensor, don Sócrates Nolasco, asegura que Florentino debió nacer de 1805 a 1806; pero otra información sostiene que tenía 52 años en 1861, por lo que su nacimiento debió de haber ocurrido en 1809; y el mismo historiador Nolasco cita declaraciones ofrecidas en Azua por el propio Florentino quien declaró tener 55 años en 1863, que su lugar de nacimiento había sido Santo Domingo y que se había avecindado en San Juan de la Maguana, lo que fija la fecha de su venida al mundo en 1808. Valdría la pena atenerse entonces a lo que él mismo declaró y establecerlo como verdad convencional.

Militar. Comerciante. Dueño de alambiques y de propiedades agrícolas y pecuarias en San Juan de la Maguana. Patriota de radical nacionalismo y de métodos cuestionables por el carácter violento y primitivo que Florentino le imprimía. Fue oficial de las luchas contra las incursiones haitianas que se prolongaron por cerca de trece años. Combatió a las órdenes del general Antonio Duvergé, como oficial de artillería y comandante de una de las columnas dominicanas que libraron victoriosamente la célebre batalla de Sabana Larga el 24 de enero de 1856. El 11 de octubre de 1856 bajo la presidencia del caudillo de su devoción política, Buenaventura Báez, pasó a ocupar la Comandancia de Armas de San Francisco de Macorís y más adelante a desempeñarse como Gobernador de La Vega, provincia que abarcaba entonces a Moca, Cotuí, Bonao, Constanza, Jarabacoa y San Francisco de Macorís hasta lacosta Nordeste. Fue también Delegado del gobierno en toda la región Norte, desde Bonao hasta Monte Cristi. Entre otros cargos importantes, Florentino había sido Jefe de las Fronteras del Sur y comandante de Las Matas de Farfán.

Cuando la revolución de los liberales de 1857, dejó La Vega y vino a la Capital que estuvo entonces bajo un sitio de once meses, a combatir en defensa del gobierno baecista. De ahí retornó al Sur y ya en el régimen de la anexión, surgieron sospechas de que estaba envuelto en conspiraciones. En enero de 1863, fue llamado a interrogatorio en Azua y las autoridades le dieron a escoger entre El Seibo, Santo Domingo o Azua, como lugar de residencia en calidad de confinado. Escogió a Azua y en septiembre de 1863, después del estallido de la Guerra de Restauración en el Norte, se puso a la cabeza del movimiento nacional en la región Sur.

Dirigió los levantamientos de San Juan, Las Matas de Farfán y Sabana Mula, entre el 16 y el 17 de septiembre y días después el de Neyba y Barahona, cuyo protagonista y organizador principal fue el general Ángel Félix –Liberata–. Junto a éste y a otros oficiales como el general Aniceto Martínez, Florentino, jefe superior del movimiento en toda la región, atacó a Azua, tomó Baní, San Cristóbal y en las orillas del Haina amenazaba con marchar sobre la Capital, tal y como se lo propuso al presidente Salcedo.

Vino el contraataque español. El 15 de octubre de 1863 salió de la Capital con rumbo al Sur el general español José de la Gándara, al frente de una bien armada columna de tres mil hombres, acompañado del españolizado general Eusebio Puello. Después de permanecer alrededor de un mes detenido en San Cristóbal, De la Gándara desató una ofensiva en vasta escala ante la cual se quebró la esistencia de los patriotas. El 18 de noviembre, en medio de un incendio, cayó Baní. El ataque español se volvió incontenible, los dominicanos no encontraron la forma de frenar aquella marcha arrolladora y la región Sur volvió a caer en manos de los anexionistas.

El jefe superior Florentino no halló la forma de ofrecer una resistencia efectiva a aquel ataque, él mismo se retiró hacia las cercanías de la frontera; la desmoralización Gabino Simonó, Rudecindo de León, Francisco Martínez, Domingo Piñeiro, Julián Morris, Pedro Zorilla, Manuel Baldemora, Juan Gregorio Rincón, José Corporán, Luciano Solís, Romualdo Montero, Juan de la Cruz, Epifanio Jiménez Sierra y José Luis Paredes.