José Silvano Acosta (José Chiquito)
Nacido en Los Robalos, Samaná, en el 1824. Impetuoso y radical opositor a la anexión. Se echó a cuestas la difícil tarea de levantar el sentimiento patriótico y la voluntad de lucha en una de las zonas a la que los españoles le dispensaban mayor importancia estratégica, por su valor territorial y porque desde ella se facilitaba el control marítimo del Canal de la Mona. Por eso Samaná fue convertida en una verdadera fortaleza de los colonialistas españoles.
Desde abril de 1861 se había instalado en esa plaza una guarnición de más de mil hombres y como Gobernador fue enviado allí al tenebroso brigadier español Manuel Buceta, antiguo guardia de bandidos y jefe de una prisión en Ceuta, territorio español en la costa mediterránea de Marruecos. Buceta, uno de los más bárbaros y abusadores oficiales españoles, pretendió imponer su autoridad basada en el terror, y son indescriptibles las atrocidades que cometió al amparo de su autoridad. La expresión es más malo que Buceta, se convirtió en cosa habitual en el habla de los dominicanos.
Dispuesto a superar todos los escollos, Acosta se lanzó a la guerra al lado del general Eusebio Núñez y cuando las embestidas de los españoles arrinconaban a los patriotas y la resistencia armada decaía, el propio Núñez abandonaba el combate y el movimiento se quedaba sin jefe. Entonces se crecía Acosta y hacía renacer el coraje colectivo y la lucha recobraba la intensidad perdida. Su casa y sus propiedades fueron saqueadas e incendiadas más de una vez; en ocasiones cañoneadas por la artillería de los barcos españoles que patrullaban la bahía, pero nada impedía que el valeroso general Acosta perseverara en su infatigable pelea. Por momentos los españoles sacaban a los restauradores de los caseríos y las áreas pobladas y los empujaban hacia los montes donde escaseaban las posibilidades de alimentarse. En esas circunstancias se abastecían por mar y, a golpe de tenacidad y de imaginación, lograban recuperarse de los descalabros, y los agresores volvían a verse condenados a una constante y fatigosa actividad irregular.
Por el mes de febrero de 1864, un hijo de Acosta figuraba al servicio a la causa restauradora en Santiago.
Después del fin de la guerra, al paso del tiempo, la vida nacional fue escindiéndose en el bando de los liberales y nacionalistas, que terminaron por agruparse en el Partido Nacional o Partido Azul; y los conservadores y entreguistas, los rojos, capitaneados por Buenaventura Báez. Contrariando su pasado de patriota, Acosta se alineó con los últimos, sirvió a los gobiernos baecistas, y en 1871 era Gobernador Civil y Militar del Distrito Marítimo de Samaná, cargo desde el cual enfrentó militarmente a los que peleaban contra la pretensión del gobierno de los Seis Años de Báez, de anexar la República a los Estados Unidos.
Años más tarde, Acosta retornó a su campo natal de Los Robalos donde murió cuando pasaba ya de los noventa años.