José Ramón Luciano
Oriundo de Esperanza, que era entonces jurisdicción de Santiago. Gran terrateniente y criador de ganado. Reconocido hombre de armas, soldado de la Independencia. Se entregó temprano a los preparativos de la insurrección patriótica que se inició el 21 de febrero de 1863 en Guayubín. Ante la riesgosa situación creada por la indiscreción de Norberto Torres, Lucas Evangelista de Peña precipitó el inicio del levantamiento. Rechazados que fueron los patriotas en un primer intento por las tropas bajo el comando del general anexionista Fernando Valerio, Luciano estuvo presente en la reunión de oficiales y jefes en que se decidió el segundo asalto que resultó victorioso y en el cual Luciano fue uno de los comandantes. Era entonces teniente coronel.
Al ser sofocada la sublevación y en medio de la dura persecución que sucedió al fracaso, Luciano evadió la captura, se mantuvo en actitud de resistencia y desde el Grito de Capotillo el 16 de agosto de 1863, estuvo en incesante actividad bélica. Hizo toda la campaña en la Línea Noroeste.
Restaurada la República, Luciano se envolvió en las contiendas civiles que ensangrentaron el país por mucho tiempo. En 1867 fue uno de los promotores de la sublevación contra el segundo gobierno del general José María Cabral. Después de la conquista de la plaza de Santiago se constituyó un nuevo Triunvirato; Luciano, baecista, igual que los dos restantes miembros, José Antonio Hungría y Francisco Antonio Gómez. Cayó Cabral en enero de 1868, los triunviros tomaron la Capital y al igual que lo había hecho Cabral tres años antes, ellos mismos arreglaron el regreso de Báez a la presidencia. Se inauguró la sangrienta y corrompida administración de los Seis Años, y José Ramón Luciano se retiró de la vida pública a sus ocupaciones privadas en Esperanza, hasta su muerte en 1890.