Catolicismo

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Plantilla:Ficha de religión

Creyente haciendo oración en un templo católico de la Ciudad de México.

Catolicismo (del griego καθολικός, katholikós, 'universal, que comprende todo') es un término que hace referencia a la principal rama actual del cristianismo, surgida tras el Cisma de oriente. Los católicos son fieles a la Iglesia católica, como así también a la teología, doctrina, liturgia, principios éticos y normas de comportamiento derivadas, al igual que al conjunto de sus seguidores como un todo, a quienes se les denomina «católicos».[1] El vocablo «catolicismo» se usa por lo general para hacer alusión a la experiencia religiosa compartida por las personas que viven en comunión con la Iglesia de Roma.[2]

El término se refiere a los cristianos pertenecientes a la Iglesia católica, compuesta por 23 iglesias sui iuris que se encuentran en completa comunión con el papa y que en conjunto reúnen a más de mil millones de fieles[3] (una sexta parte de la población mundial y más de la mitad de todos los fieles cristianos).[4][5] La principal característica distintiva de la Iglesia católica es el reconocimiento de la autoridad y primacía del papa, obispo de Roma.[Nota 1] Sin embargo hay varias Iglesias que comparten también el adjetivo calificativo de «católicas», como la Iglesia ortodoxa y las Iglesias ortodoxas orientales, la Iglesia asiria del Oriente y las Iglesias que constituyen la Comunión anglicana.[6][Nota 2]

Historia del catolicismo

El nombre de Iglesia católica (o catolicismo) se ha utilizado para referirse a la "Iglesia universal" desde principios del siglo II; la primera referencia que se tiene del uso de este término, es la aparición del mismo en las cartas de Ignacio de Antioquía, quien según Juan Crisóstomo, habría sido ordenado por el propio Pedro.[7][8]

En varias situaciones durante los tres primeros siglos del cristianismo, el obispo de Roma, considerado en el catolicismo el sucesor del apóstol Pedro, intervenía en las comunidades para ayudar a resolver conflictos, ejemplos fueron los papas Clemente I, Víctor I y Calixto I.[9][10] En los primeros tres siglos de su historia, la Iglesia se organizaba en tres patriarcas, los obispos de Antioquía, con jurisdicción sobre Siria, y más tarde sobre Asia Menor y Grecia, Alejandría de la jurisdicción de Egipto, y Roma de la jurisdicción de Occidente.[11] Más tarde los obispos de Constantinopla y Jerusalén se añadieron los patriarcas, por razones administrativas.[11] El Primer Concilio de Nicea en el año 325, consideró al obispo de Roma como el "primus" (primero) entre los patriarcas, estableciéndolo así en sus cuartos, quintos y sextos cánones, "siguiendo la tradición antigua",[12] aunque muchos interpretan que este título como el "primus inter pares" (primero entre iguales). Se consideró también que el patriarca de Roma poseía una autoridad especial debido a su relación con san Pedro, que había muerto y sido sepultado en esta ciudad.[13]

Iglesia católica apostólica romana

Plantilla:AP La Iglesia católica apostólica romana se extiende principalmente en países del suroeste de Europa, Europa central, de América Latina, África central y Filipinas.

Es la iglesia cristiana con mayor extensión y la más antigua de las confesiones cristianas, de la cual se derivan otras iglesias autodenominadas católicas. Su centro actual es la ciudad-estado del Vaticano, en Roma (Italia), donde reside el Papa, quien es considerado por los católicos romanos como cabeza del colegio de los obispos, sucesor de San Pedro, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia. La sede papal se mudó a Aviñón, Francia, por un breve período de tiempo de la Baja Edad Media.

Dogmas de fe

Plantilla:AP Los dogmas católicos son las creencias esenciales que identifican y definen el credo católico frente a otras confesiones cristianas, si bien algunas de estas creencias son comunes a otras denominaciones cristianas (e.g. Encarnación, Trinidad). Para un católico el dogma es una verdad revelada por Dios y propuesta por la Iglesia para la creencia indubitable de los fieles.

Los dogmas católicos se basan en la Biblia y en la Tradición Apostólica. Así como los hebreos tenían su tradición (que fue la base de gran parte de los libros del Antiguo Testamento), los católicos creen en la tradición apostólica transmitida de generación en generación de forma escrita y oral.

Algunos dogmas esenciales del catolicismo son:

  • La Trinidad de Dios (hay tres personas divinas, no tres dioses: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que forman un único Dios).
  • La Eucaristía ( el pan y el vino transformados en el Cuerpo y la Sangre de Cristo).
  • La Inmaculada Concepción (sostiene la creencia en que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, es decir, de su ser personal, estuvo libre de todo pecado).
  • La Maternidad Divina (la Virgen es la madre de Dios).

Sacramentos

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Los católicos reconocen siete sacramentos, los cuales, según plantean, fueron instituidos por el mismo Jesucristo:

Sacramentos de iniciación cristiana

Bautismo

Nominalmente, la palabra bautizar significa «sumergir», «introducir dentro del agua»; la inmersión en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con Él (cfr. Rm. 6, 3-4; Col 2, 12) como nueva criatura (2 Co. 5, 17; Ga. 6, 15) (Catecismo, n. 1214).

Entre los sacramentos, ocupa el primer lugar porque es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Según el catecismo (n. 1213), por el Bautismo los cristianos son liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegan a ser miembros de Cristo y son incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión.

  • San Pablo lo denomina baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo ( !@#$%^&*. 3, 5);
  • San León Magno compara la regeneración del bautismo con el seno virginal de María;
  • Santo Tomás, asemejando la vida espiritual con la vida corporal, ve en el bautismo el nacimiento a la vida sobrenatural.
Comunión

La Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más profundamente con Cristo por la Confirmación, participan por medio de la Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor.[14]

Cabe mencionar que para el catolicismo romano la Eucaristía no representa un símbolo sino que es Jesucristo mismo con su cuerpo, sangre, alma y divinidad presentes en la Eucaristía, debido a esto es llamado El Santísimo Sacramento.

Confirmación

Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf OCf, Praenotanda 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (LG 11; cf OCf, Praenotanda 2)[15]

Sacramentos de curación

Penitencia, llamado también confesión o reconciliación

De acuerdo con el catecismo de la Iglesia católica:

  • Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del que el hombre se había alejado por el pecado.
  • Se denomina sacramento de la Penitencia porque consagra un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador.
  • Es llamado sacramento de la confesión porque la declaración o manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y de su misericordia para con el hombre pecador.
  • Se le llama sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón y la paz" (OP, fórmula de la absolución).
  • Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor: "Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt 5,24).[16]
Unción de los enfermos (antes llamada extremaunción)

Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios" (LG 11).[17]

Sacramentos de servicio a la comunidad

Matrimonio

"La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados" (CIC, can. 1055,1)[18]

Orden Sagrado

El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado.[19]

Conceptos

Los mandamientos de Dios

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Los diez mandamientos: según el Catecismo de la Iglesia Católica, adaptados de los libros de Éxodo (20, 2-17) y Deuteronomio (5, 6-21), son los siguientes:[20]

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. No tomarás el nombre del Dios en vano.
  3. Santificarás las fiestas.
  4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
  5. No matarás.
  6. No cometerás actos impuros.
  7. No robarás.
  8. No dirás falsos testimonios ni mentirás.
  9. No consentirás pensamientos impuros.
  10. No codiciarás los bienes ajenos.

Todos estos se resumen en dos: Amarás a Dios sobre todas las cosas; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Los cinco preceptos de la Iglesia

Los preceptos de la Iglesia son los siguientes:[21]

  1. Participar de la eucaristía entera todos los domingos y fiestas de guardar.
  2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
  3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
  4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia.
  5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

Las bienaventuranzas[22]

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  1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
  2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
  3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
  4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
  5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
  6. Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios.
  7. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
  8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
  9. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el Cielo. (Mateo 5:1-11)

Los siete pecados capitales

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A los pecados capitales se oponen siete virtudes:

Además, se consideran las Virtudes Teologales y las Cardinales.

Virtudes teologales[23]

Virtudes cardinales[24]

Pecados veniales y mortales[25]

Con base en lo anterior el catecismo de la Iglesia Católica reconoce dos tipos de pecados, veniales y mortales. Para que un pecado sea mortal (infracción grave que destruye la caridad del hombre) se requieren tres condiciones: ‘Es pecado mortal lo que tiene como objeto una materia grave (falta a uno de los 10 mandamientos) que sea cometido con pleno conocimiento (que la persona sepa que la falta es un pecado) y deliberado consentimiento (que la persona esté consciente de lo que hace y no lo haga bajo presión de personas o circunstancias).

El pecado venial es una infracción leve, que si bien no rompe la relación de amistad del hombre con Dios, como lo hace el pecado mortal, sí deteriora esa relación, y dispone al hombre para caer en pecado mortal.

Actos buenos y actos malos[26]

Según el catecismo de la Iglesia católica y la moral cristiana en general,[27] existen actos buenos y actos malos, donde un acto moralmente bueno supone al mismo tiempo la bondad del objeto,[Nota 3] del fin,[Nota 4] y de las circunstancias.[Nota 5] Una finalidad mala corrompe la acción, aunque su objeto sea de suyo bueno (por ejemplo: orar y ayunar "para ser visto por otros").[Nota 6]

En cambio un acto malo puede ser malo ya sea porque el objeto de la elección sea malo (como blasfemar) o porque la finalidad de ese acto sea ilícita. Independientemente de las circunstancias y de las intenciones, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto; por ejemplo, la blasfemia y el perjurio, el homicidio y el adulterio. No está permitido hacer el mal para obtener un bien.[Nota 7]

Dones del Espíritu Santo[28]

Plantilla:AP Son siete:

Posición de la Iglesia en algunos temas de bioética

En 1972 se introduce este término en The Joseph and Rose Kennedy Institute for the Study of Human Reproduction and Bioethics, fundado en la Georgetown University de Washington: el primer centro con el nombre oficial de Institute of Bioethics. La palabra bioética se traduce literalmente como ética de la vida. La ética tiene que ver con la conducta de la persona humana que se asume como libre y responsable de su destino.[29]

  • Posición contraria al aborto: El aborto provocado es considerado por la Iglesia católica el asesinato de un ser humano inocente (ya que consideran que el cigoto ya es un ser humano desde el mismo momento de la concepción). Se basa en el derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida. Considera la cooperación formal a un aborto como una falta grave sancionada con pena canónica de excomunión.[30] La Biblia no condena explícitamente el aborto. Sin embargo, la Biblia enseña que lo que hay en el seno de una madre embarazada es un ser humano.[31] Además, la Biblia condena el homicidio directo de los inocentes.[32] Ahora bien, los niños y las niñas que no han nacido todavía son evidentemente inocentes. Por consiguiente, el matarlos por medio del aborto es condenable, aún cuando el feto pudiera tener defectos genéticos (eugenésico), sin embargo esto sería considerado “control de calidad” que es inaceptable para seres humanos. La historia ha registrado las terribles consecuencias de esa mentalidad en la Alemania nazi.[33]
  • La eutanasia no es aceptada porque, según la Iglesia católica, Dios tiene el exclusivo derecho sobre la vida del ser humano por encima del que éste tiene sobre sí mismo. La eutanasia es considerada por la Iglesia católica una grave violación de la Ley de Dios, esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita. Para los cristianos la vida humana es un don sagrado y maravilloso, recibido de Dios. Por eso, la Eutanasia es considerada como un asesinato. Todo cristiano tiene el deber de respetar, valorar y defender la vida humana. No existen 'vidas inútiles', el sufrimiento y el dolor no justifican ni dan derecho a disponer de la vida de un ser humano.
  • Oposición al uso de métodos anticonceptivos: se basa en el concepto de sexualidad que tiene la Iglesia católica, por la que la sexualidad es a la vez expresión de «amor y unión», de un lado, y fuerza de «procreación», del otro. Los dos aspectos, según la Iglesia católica, no se pueden separar el uno del otro. La Iglesia aceptaría, si son usados correctamente, el método de Billings y el método Ogino-Knaus.
  • Oposición a la clonación y a la fecundación in vitro: dado que para conseguir un solo feto viable se deben descartar muchos otros que no cumplen los requisitos de viabilidad, la Iglesia católica es contraria a tales prácticas, es decir, considera que la fecundación debería producirse en un contexto de amor y dentro de las relaciones entre los esposos.
  • El suicidio es siempre moralmente inaceptable, al igual que el homicidio. La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como decisión gravemente mala, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo. En su realidad más profunda, constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte.
  • Relaciones prematrimoniales: Son relaciones prematrimoniales las relaciones sexuales entre quienes se predisponen al matrimonio y en razón, del amor que se tienen, no creen oportuno renunciar a sus expresiones corporales y tampoco a la relación sexual, Las demás relaciones sexuales: ocasionales, extra conyugales y homosexuales son fornicaciones. La moral cristiana cuestiona moralmente el ejercicio sexual antes y fuera del matrimonio poniendo como alternativa sana e ideal la castidad prematrimonial. Cualquier práctica erótica-sexual entre novios es considerada, por lo tanto, moralmente inoportuna. El Amor es un encuentro de todo el ser con toda la persona amada, El Amor en su etapa prematrimonial, por lo tanto será más responsable, maduro y auténtico, sin relaciones prematrimoniales que podrían falsearlo.

Catolicismo en el mundo actual

Plantilla:AP

Catolicismo liberal

Plantilla:AP La corriente que durante el siglo XIX se denominó catolicismo liberal, tiene raíces que se remontan varios siglos atrás. En este caso, a la época del Renacimiento, ligadas al llamado humanismo cristiano, cuyo principal exponente fue Desiderius Erasmus de Rotterdam, y para el caso español, el grupo de intelectuales reunidos en torno a la Universidad de Alcalá de Henares, fundada por el cardenal Jiménez de Cisneros.

Más adelante, en el siglo XVIII, la Ilustración influyó en varios círculos de católicos franceses, belgas, alemanes y holandeses, constituyéndose doctrinas (regalismo, galicanismo, molinismo, febronianismo y josefismo, entre otras) que exaltaban el individualismo y la racionalización de las concepciones y expresiones religiosas (libre albedrío, moral austera, rechazo a las prácticas barrocas) al igual que una modificación de la organización religiosa, al apoyar los intentos de creación de Iglesias nacionales.

Véase también

Plantilla:Portal

Notas

  1. La Iglesia católica reconoce al papa como su líder universal, sin embargo las distintas Iglesias "católicas" tienen como cabeza a otras figuras y no reconocen la autoridad papal. Ejemplos son la Iglesia ortodoxa que reconoce al patriarca de Constantinopla, y la Comunión anglicana, que tiene como cabeza al monarca británico.
  2. Es importante notar que estas Iglesias, aunque llamadas católicas, son denominaciones completamente independientes de la Iglesia católica de Roma, cada una habiendo seguido un paso evolutivo distinto, y con dogmas y creencias distintos a los de la Iglesia de Roma.
  3. Se llama objeto del acto humano aquello a que tiende por su propia naturaleza, independientemente de las circunstancias que puedan añadirse. Por ejemplo, apoderarse de lo ajeno es el objeto del robo.
  4. Aunque la moralidad de un acto depende de su objeto propio, la moralidad principal recae sobre el fin del agente. Por ejemplo, lo esencial de un robo es quitar la cosa ajena (ése es su objeto propio). Pero el que roba con el fin de obtener el dinero que necesita para cometer un adulterio es más adúltero que ladrón, porque el robo es un simple medio para llegar al adulterio y, por lo mismo, esta finalidad extrínseca al robo es más importante y principal que la misma acción de robar.
  5. Circunstancias son las condiciones accidentales que modifican la moralidad sustancial que ya tenía el acto humano. Por ejemplo, quien roba a sabiendas dinero que estaba destinado a gente necesitada, añade a su pecado de robo otro pecado contra la justicia, que clama al cielo en aquellos desamparados que requerían de ese dinero.
  6. El evangelio de Mateo 6:1 lo menciona en boca de Cristo: Guardaos de practicar vuestra justicia a los ojos de los hombres para que os contemplen; pues de otra suerte no tendréis recompensa ante vuestro Padre celestial. Las acciones de orar y ayunar sin más tienen una finalidad intrínseca buena, pero el fin extrínseco de la vanagloria afecta la moralidad del acto, que pierde su mérito ante los ojos de Dios.
  7. El fin nunca justifica los medios (Romanos 3:8). Por ejemplo, no se puede robar con el fin de dar limosna a los pobres. Si alguno realizara esa acción creyendo con absoluta buena fe que era lícita y buena, no cometería pecado formal, pero sí una injusticia material. Y no se puede reparar una injusticia cometiendo otra. Es decir, los medios deben ser tan buenos como el fin que se busca.

Referencias

  1. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=libro}}
  2. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=libro}}, xii.
  3. O Annuarium Statisticum Ecclesiae (ISBN 978-88-209-7928-7) indica 1,114,966,000 como número total de fieles en el último día de 2005.
  4. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=web}}
  5. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=libro}}
  6. Gros, Jeffrey; Eamon McManus, Ann Riggs (1998). Introduction to Ecumenism. Paulist Press. pp. 154–155. ISBN 978-0-8091-3794-7.
  7. Ray, Stephen. Upon this Rock. San Francisco, CA: Ignatius Press, 1999. p.119. Puede consultarse en Google Books.
  8. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=web}}.
  9. Las primeras listas de los Papas dicen que el Papa que sucedió al Apóstol San Pedro fue San Lino. Eamon Duffy, Saints and Sinners: A History of the Popes (Yale Nota Bene, 2002) Apéndice A.
  10. Fr. Nicholas Afanassieff: "The Primacy of Peter" Ch. 4, pgs. 126-127 (c. 1992)
  11. 11,0 11,1 {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=web}}
  12. Congar, Yves. Elgisé et papauté. Les Éditions du Cerf. 1994. ISBN 2-204-05090-3
  13. Radeck, Francisco; Dominic Radecki (2004). Tumultuous Times . St. Joseph's Media. p. 79. ISBN 978-0-9715061-0-7.
  14. Catecismo de la Iglesia Católica, 1322-1419
  15. Catecismo de la Iglesia Católica, 1285-1321
  16. Catecismo de la Iglesia Católica, 1422-1498
  17. Catecismo de la Iglesia Católica, 1499-1532
  18. Catecismo de la Iglesia Católica, 1601-1666
  19. Catecismo de la Iglesia Católica, 1536-1600
  20. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=web}}
  21. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=web}}
  22. Citados literalmente de Mateo 5
  23. Catecismo de la Iglesia Católica, 1812-1829
  24. Catecismo de la Iglesia Católica, 1805-1809
  25. Catecismo de la Iglesia Católica, 1854-1864
  26. Catecismo de la Iglesia Católica, 1755-1756
  27. {{#invoke:Citas | cita|ClaseCita=libro}}
  28. Catecismo de la Iglesia Católica, 1830-1832
  29. [1]
  30. Catecismo de la Iglesia Católica, 2270-2275
  31. cf. Salmo 139:13, 15; Jeremías 1:5; Lucas 1:13; Mateo 1:21
  32. cf. Éxodo 23:7; Deuteronomio 27:25; Mateo 18:10 y 14
  33. [2]

Enlaces externos

Plantilla:Wikcionario