Batalla de Bermejo
Monte Plata fue escenario de la Batalla de Bermejo, en el pequeño “Rubicón” del río Bermejo en Don Juan de Monte Plata, el 30 de septiembre de 1863. En la misma se vieron enfrentadas las tropas españolas, comandadas por Gregorio Luperón. Luperón, que venía en la retaguardia de sus tropas, encontró en el sillón de la viuda a sus avanzadas, dañadas y perseguidas por las vanguardias españolas. Inmediatamente las atacó, les hizo retroceder y se enfrentaron en Bermejo.
Los españoles abandonaron a Monte Plata, el 7 de marzo de 1864; las fuerzas restauradoras ocuparon la plaza de inmediato.
Bermejo fue la batalla más importante y decisiva en toda la gesta Restauradora. El general Luperón la narra así:
“En las márgenes de aquel arroyo, flotaban frente a frente los pabellones de la monarquía y de la república; el general Santana sabía que la derrota de su tropa significaba el sitio de la capital y el levantamiento del sur y el este. Para Luperon dejar pasar al general Santana por Bermejo y escalar la pendiente del Sillón de la Viuda era decapitar la revolución y solo se oían dos voces, la de los capitanes, a cual más terribles. Luperon pasó el arroyo, derrotó la retaguardia y ocupó San Pedro”.
Santana tuvo que refugiarse en su cuartel general de Guanuma donde las enfermedades diezmaron su ejército. Al día siguiente el Presidente Salcedo estableció su cuartel general en Monte Plata. En esa misma fecha designo a Benigno Filomeno Rojas como general en jefe de los ejércitos del Este, en reemplazo del general Luperón. El presidente Salcedo permaneció en Monte Plata durante 6 días, hasta el 13 de marzo.