Arquitectura Vernácula de República Dominicana
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Concepto de Arquitectura Vernácula
La arquitectura vernácula es aquella que se constituye como la tradición regional más auténtica. Esta arquitectura nació entre los pueblos autóctonos de cada región, como una respuesta a sus necesidades de habitar. Lo que hace diferente a estas edificaciones de otras, es que las soluciones adoptadas son el mejor ejemplo de adaptación al medio. Esta arquitectura es realizada por el mismo usuario, apoyado en la comunidad y el conocimiento de sistemas constructivos heredados ancestralmente.
Arquitectura Vernácula en República Dominicana
En la Republica Dominicana el Estilo Vernáculo se desarrollo en base a los esquemas constructivos de los tainos, de los africanos y de las casuchas de madera construidas por los españoles. Ni los pobladores ni los albañiles del Santo Domingo de 1502 procederían de una determinada región de España. Por consiguiente, esta claro que tampoco la vivienda refleja desde su principio un tipo único de casa. Lo mismo que aparecen en la expedición de 1510 un maestro de Bilbao y otro de Sevilla, habrá que suponer que la ciudad de Ovando ya albergo a su vez una variedad de formas regionales de vivienda.
Antecedentes
Siglos atrás, grupos migratorios provenientes de tierras continentales fueron poblando la isla La Española y con ellos trajeron, entre otras cosas, sus modelos arquitectónicos y sus tradiciones constructivas. Pero ante las nuevas condiciones ecológicas, posiblemente tuvieron que hacer algunos cambios de materiales, al no encontrar en la isla o en la región de la isla donde se establecieron los materiales tradicionalmente utilizados por ellos. Las más amplias descripciones de las casas indígenas quisqueyanas (las da Fernández de Oviedo) en su Historia General y Natural de las Indias, donde nos describe dos tipologías utilizadas: una de planta circular y techo cónico llamada caney, y otra rectangular llamado bohío, con techo a dos aguas y las principales con galerías frontales.
En cuanto a los materiales constructivos, sabemos que utilizaban productos vegetales típicos como yagua, cana, yarey, guano, palma, bejuco, etc., y el método constructivo era con postes de madera que enterraban en el suelo y cañas sujetadas por bejucos con los techos de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero, recubierto por un caballete, para la salida del aire caliente y del humo de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas.
En la segunda mitad del siglo XIX, con el nacimiento de la República, se solidifica la clase campesina y surgen nuevos poblados en el interior del país. Las migraciones son más frecuentes, así como el intercambio comercial con las demás islas del Caribe, muchas de ellas colonias de diferentes países europeos como Francia, Holanda e Inglaterra. Por esa razón, el siglo XIX es más rico en influencias arquitectónicas y artísticas.
Teniendo La Española orígenes y similar historia a las demás islas del Caribe, podemos afirmar que nuestra arquitectura tiene características regionales muy marcadas, siendo un resultado de influencias indígenas, españolas, africanas y finalmente de Europa occidental.
Durante las últimas décadas del siglo XIX y a lo largo del XX, se introducen en la arquitectura popular nuevos materiales que no son apropiados para nuestro clima caribeño.
Con la introducción de éstos y con otros cambios de este siglo, se van perdiendo muchas de las tradiciones y conocimientos constructivos que fueron pasando de generación a generación, desarrollados por los diferentes grupos que han habitado esta isla.
Aunque la República Dominicana es un territorio pequeño, de algo más de 48,000 kilómetros cuadrados encontramos modelos arquitectónicos diferentes, resultado de la conciliación de las necesidades de los campesinos con el clima, de los recursos disponibles y de la propia cultura del grupo humano.
Las casas rurales tienen un volumen simple que constituye el cuerpo principal del hogar. El rectángulo es la forma más empleada. Tradicionalmente no había división de solares en los poblados vernáculos. Las verjas o empalizadas se hacían sólo en los corrales. La colocación de las casas no responde a ningún criterio establecido, siendo bastante desorganizada.
La vida se hace fuera de la casa, utilizando ésta sólo para dormir.
Los pavimentos de estas viviendas son normalmente de tierra, aunque cada vez más se encuentran pavimentos de cemento pulido, los cuales se extienden hacia el exterior de la casa a manera de zócalo de protección o plataforma.
Los muros, ya sean de horcones, tejamanil o tablas de palma, normalmente van pintados de diferentes colores, con pinturas hechas con pigmentos minerales, aunque cada vez más utilizan pintura industrial. El modelo construido a base de un forro de yaguas, tanto en muros como en techos, es el más simple y carente de color.
En algunas zonas más prósperas, estas casas vernáculas son más grandes, llegando en ocasiones a tener balcones en una esquina o en el centro de la casa. Las cubiertas, normalmente de cana, pueden ser a dos o cuatro aguas.
Por la carencia o alto costo de la cana, por modernización o por estatus, los techos son sustituidos por láminas de zinc acanaladas, las cuales convierten el interior de la casa en un ambiente caluroso.
Cuando las viviendas adoptan materiales industrializados, formas más complejas y son construidas ya no por los usuarios ni en convites, sino por maestros constructores, entonces pasamos a otra categoría de arquitectura a la cual denominamos popular. Esta arquitectura la encontramos más en el ámbito suburbano o urbano y a lo largo de carreteras.
Estas viviendas utilizan madera aserrada, ventanas de madera con celosías, normalmente tienen balcones, pavimentos de cemento pulido, en ocasiones con color, y las cubiertas de láminas de zinc tienden a ser más complejas.
Aparecen elementos decorativos como tragaluces de madera sobre puertas y ventanas, así como cresterías caladas en los aleros. El color sigue siendo un elemento importante, tomando aún más fuerza que en los modelos vernáculos, debido ante todo a la utilización de toda la gama de pintura industrializada, teniendo predilección por colores vivos como amarillo, rojo, rosado, verde y azul, con los detalles decorativos muchas veces en blanco o una combinación de los colores mencionados.
Esta arquitectura a la que podríamos llamar también antillana, tiene más influencias francesas, inglesas y de otras naciones europeas establecidas en el archipiélago de las Antillas, en el mar Caribe.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
• Planta rectangular dividida en sentido transversal compuesta por sus habitaciones: sala, comedor, tres dormitorios y servicios. • Vanos de las fachadas frontal y posterior cerrados por puertas y los laterales por ventanas. • Cubierta de zinc a dos aguas, proyectadas hacia la parte delantera y trasera. • Construcciones hechas de madera. • Predominio del hueco sobre el lleno.
TOPOLOGÍA ANGLO-ANTILLANA
Este estilo puede considerarse una tendencia del Vernáculo. La planta cuadrada o rectangular con galería. El ritmo de los huecos es variado y pueden ser puertas o ventanas; aparecen balaustradas con primicias Victorianas; se adoptan nuevos materiales (ladrillo, cemento) enriqueciendo el estilo; los huecos son mas grandes que en el Estilo Vernáculo.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
• Características del vernáculo. • La vivienda se levanta sobre pilotes de ladrillos entre 50 y 60 cms. De altura. • Pisos de tabloncillos de madera sujetos con tarugos.
TIPOLOGÍA VICTORIANO-GEORGIANO
• Interiores forrados en madera de clavo. • Molduras decorativas en los plafones. • Sala y comedor separados por arquerías. • Salientes proyectados, adornados por cesterías. • Paredes laterales forradas de zinc. • Se seccionan las puertas y se abren huecos ornamentales en ellas. • Se inicia el uso de persianas francesas y celosías puestas en segundo plano. • Se utilizan paneles de perforados decorativos para los tragaluces encima de puertas y ventanas.
Modelos o imágenes de arquitectura vernácula
Tomado de: civilgeeks.com , Ingeniería y Construcción (18 de mayo del 2015)