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Julio Alberto Hernández

El 27 de septiembre de 1900 nació, en Santiago de los Caballeros, Julio Alberto Hernández Camejo, quien iba a ser el más longevo de todos los compositores dominicanos y uno de los más prolíficos durante todo el siglo XX.

A muy corta edad inició su estudios de música. Fueron sus primerso maestros Pedro Camejo, Ramón Emilio Peralta y José Oviedo, quienes le enseñaron solfeo, saxofón y piano, respectivamente. Ya en 1914 Julio Alberto era saxofonista de la Banda de Música de su pueblo natal y comenzaba a destacarse con el piano, instrumento este último al cual dedicaría mucho tiempo y con el que haría memorables trabajos.

Durante años fue el pianista acompañante más solicitado del país y compartió escenarios a través de su larga carrera con grandes figuras del canto y con virtuosos instrumentistas, entre ellos, Gabriel del Orbe, Pedro Echevarría Lazala, Antonio Paoli, Nidia Mieses, Emil Friedman y Carlos Piantini. En 1922, junto a Luis Bonnelly (piano), Susano Polanco (tenor), Juan Francisco García (cornetín) y Luis Rivera (violín) integró un conjunto musical que se presentó con mucho éxito en Dajabón, Cabo Haitiano y Monte Cristi. En 1924 Julio Alberto partió hacia Cuba como parte de una compañía de variedades, la French-Imperio-Valentino, y fue en La Habana, con el Maestro español Pedro San Juan, a la sazón director titular de la Orquesta Filarmónica de aquella ciudad, con quien enriqueció sus ya valiosos conocimientos de armonía y composición.

A finales de la segunda década del siglo el Maestro Julio Alberto creó el cuadro artístico en el que se nuclearon algunos de los más destacados artistas de la época; entre ellos, Eduardo Brito, Catalina Jaquez y Miguel Angel Jiménez.

Cuando en 1932 se fundó la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, Hernández fue invitado a participar en el nacimiento de aquella institución, que fuera génesis de todo el movimiento sinfónico que se desarrollaría a través de la centuria. El 19 de diciembre de 1933 fue el Maestro Julio quien dirigió uno de los primeros conciertos de aquella recién surgida institución, ejecutando, por primera vez en el país, un programa en el que se interpertó una obra completa, en este caso el concierto de Camille Saint-Saens para violonchelo y orquesta, en el que actuó como solista el intérprete ruso Bugomil Sykora. En años sucesivos la carrera del excepcional músico se siguió expandiendo y llegó a ser solicitado como director de radio HIN; director de la emisora HI9N, de Santiago; director de la Orquesta Sinfónica de la Compañía Anónima Tabacalera; y director de la Escuela Elemental de Música de Santiago de los Caballeros.

En 1954, durante la celebración de la XII Semana Aniversaria de la Voz Dominicana, fue estrenada por radio y televisión su zarzuela La bruta de la loma, la cual tuvo en los roles principales a Elenita Santos y a Gerónimo Pellerano.

Extenso es el catálogo de sus obras, que abarcan diversos géneros y que son parte de lo más genuino del arte musical dominicano. Al respecto, el acusioso musicógrafo Arístides Incháustegui ha escrito: “Como compositor, Julio Alberto Hernandez, es un exquisito miniaturista que ha sabido utilizar sabiamente las raíces de nuestro folklore, dejando en su obra la fijación de los ritmos criollos dominicanos”.

Su valiosa labor en todos los campos de la música y su ejemplar conducta humana le fueron reconocidas en múltiples ocasiones. En 1966 recibió del Gobierno dominicano la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el Grado de Oficial y la Universidad Autónoma de Santo Domingo lo declaró en 1977 Profesor Honorario de la Facultad de Humanidades, entre otras muchas condecoraciones.

El 2 de abril de 1999, Viernes Santo, dejó de existir la insigne figura del artista Julio Alberto Hernández Camejo, que nos legó su extensa y valiosa obra, ya parte indiscutible de la cultura dominicana.

Tomado de: EL TREN DE YAGUARAMAS