Francisco Peña
Se colocó junto a la causa nacional y tomó parte en la Guerrade Restauración en los escenarios del Noroeste. De estatura baja y cuerpo un poco grueso, pero fuerte, según descripción del investigador maeño Manuel Rodríguez Bonilla en su obra La Batalla de La Barranquita. No pudo determinarse con precisión el lugar de su nacimiento, pero asegura el citado autor que durante la Revolución Restauradora perteneció al Regimiento Entre los Ríos, comandado por el general de brigada Manuel Jiménez. Peña peleó también a las órdenes de Monción y Pimentel.
El paso lento de los años no le apagó a Francisco Peña la vena de patriota. En el 1916 se enteró de que tropas norteamericanas habían invadido el territorio nacional y que un contingente de esos soldados invasores, después de desembarcar por Monte Cristi, avanzaba con dirección a Santiago.
Paco Peña sintió latir en su corazón y su conciencia el mismo impulso que lo llevó a los campos de batalla cincuenta y tres años antes. Ahora con ochenta años a cuestas, probaba con hechos que su patriotismo estaba joven. Vivía en la loma de Guayacanes, en la Cordillera Septentrional, le dijo adiós a su mujer Tomasina Payero y bajó al llano a ponerse a las órdenes del capitán Máximo Cabral, quien, junto con Carlos Daniel, organizaba la resistencia armada a los invasores norteamericanos.
El 3 de julio de 1916, se trabó un combate desigual en LaBarranquita, Mao, entre un grupo de patriotas y la columna invasora que avanzaba. Cayeron mártires varios dominicanos, incluyendo a Cabral, a Carlos Daniel, y al propio Paco Peña, que se cubrió de gloria al morir peleando contra los yankis, en nombre del mismo ideal de patria libre y soberana, que le infundió coraje como soldado Restaurador, contra los españoles.
Por diligencias de la benemérita educadora y gallarda luchadora nacionalista, Ercilia Pepín, los restos de Peña, soldado de dos jornadas históricas, y los de sus compañeros fueron trasladados con los merecidos honores a la Catedral de Santiago, a fines de los años veinte, dice Rodríguez Bonilla.