Viejo mundo
El Viejo Mundo consiste en aquellas partes de la Tierra conocida por los europeos antes de los viajes de Cristóbal Colón: Europa, Asia, y África y las islas circundantes. El término es el opuesto a Nuevo Mundo, que da a entender a América.
Aunque el interior de Asia y África no habían sido explorados por los europeos de entonces, se sabía de su existencia, hasta Japón y Sudáfrica. De esta manera ellos también son considerados Viejo Mundo. Australia y Antártida no son ni Viejo ni Nuevo Mundo, ya que los términos son anteriores a su descubrimiento por los europeos.
En acepción biológica, los organismos del Viejo Mundo son aquellos que se encuentran en Eurasia y África, y los organismos del Nuevo Mundo son aquellos encontrados en América.
La distinción entre Viejo y Nuevo Mundo también se aplica a los vinos,[1] en la que se identifica con el primero a las regiones tradicionales que cultivan vino y a los vinos producidos allí. Los vinos del Viejo Mundo se producen a partir de vides muy cuidadas y con estándares de producción elevados. Se les aplica denominaciones de origen según el país (como Oporto o Champán). Las técnicas de cultivo del Nuevo Mundo fueron introducidas por los inmigrantes a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Utilizan marcas emblemáticas para cada país como el Tannat en Uruguay.[2]
Véase también
Referencias
- ↑ Vinos Reserva, un concepto relativo. René García Valdés. Excelencias Magazine. Consultado el 11 de octubre de 2012.
- ↑ Hoy: Viejo Mundo, Nuevo Mundo. René García Valdés. Excelencias Magazine. Clarín.com. 22 de febrero de 2012. Consultado el 11 de octubre de 2012.