Sierra de Bahoruco
Esta sierra representa el extremo oriental de la cordillera sumergida que parte de la América Central, pasa por Jamaica, cruza el Canal del Viento y emerge en Haití, formando los Massif de la Hotte y Massif de La Selle; este último, al pasar a la República Dominicana, se le conoce con el nombre de Sierra de Bahoruco. Bahoruco es una palabra taína que describía, principalmente, a la parte oriental de la sierra (el Bahoruco Oriental). El Padre Bartolomé de la Casas escribía Baoruco.
En sentido general, la Sierra de Bahoruco está despoblada, porque su relieve es abrupto. En esta sierra encontramos montañas de más de 2,000 metros de altura. La montaña de mayor altura en el lado dominicano es la Loma del Toro, próxima a la frontera con Haití, y que tiene una altura de 2,367 metros. La sierra tiene una longitud de aproximadamente 70 kms en dirección noroeste-sureste, cubriendo alrededor de 2,400 km², quedando enmarcada dentro de las provincias Independencia, Pedernales y Barahona.
De la inaccesibilidad de sus montañas da cuenta la Historia; allí estuvieron primero los indios alzados con Enriquillo, después los esclavos con Sebastián Lemba y otros cabecillas cuyos nombres la Historia no recoge. Los negros sublevados (cimarrones) se refugiaban en lugares, llamados manieles, con palenques, un área fortificada con fosos y estacas afiladas.
Los manieles de las Sierras de Neyba y Bahoruco fueron los que más tiempo sobrevivieron, no sólo por estar más lejos de la ciudad de Santo Domingo, sino y sobre todo, porque se siguieron supliendo de negros cimarrones que escapaban de la parte francesa de la isla, donde eran más abundantes. En El Maniel de Bahoruco sobrevivieron personas hasta 1868, según el Padre Carlos Nouel:
"En esas montañas existen todavía esos hombres, semi-salvajes, conocidos con el nombre de vien-vien; nombre que se les ha dado porque es su grito ordinario..."
El Lic. C. Armando Rodríguez, citado por Don Carlos Larrazábal, afirma:
"Desde el levantamiento de Enriquillo, las serranías de Bahoruco estuvieron siempre ocupadas por los indios que no vinieron con él a Boyá, después del Convenio. También había muchos negros esclavos prófugos, a quienes los españoles llamaban marrones. Por eso un antiguo Bucán de esa región se llamaba Maniel de los negros marrones"