Diferencia entre revisiones de «Alonso Rodríguez Demorizi»
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Revisión del 18:28 20 ene 2016
Nació en Yásica, el seis de mayo de 1900 y murió en Puerto Plata el 26 de marzo de 1976. Era hijo de Félix Francisco Rodríguez Jiménez y Genoveva Demorizi Campos. En su niñez vivió en Sánchez, La Vega, Santiago y Puerto Plata por cuestiones escolares. Concluyó como estudiante libre.
Escribía en La Palabra, El Progreso, La Nación, Listín Diario, Boletín de Noticias y terminó siendo director-administrador de El Porvenir y de la sociedad Renovación. Además trabajó en la Industria Nacional Lechera y fue maestro de comercio.
Fue historiador, ejecutivo de medios de comunicación y periodista, contable, activista cultural, maestro, investigador científico, explorador arqueológico, políglota, autor de diccionarios y enciclopedias y, sin embargo, es desconocido. Quizá el único reconocimiento a su labor se le rindió en vida al designarlo miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia.
Alonso Rodríguez Demorizi era un genio al que solo sería posible conocer por la valiosa y copiosa obra que dejó inédita, " La Dictadura de Trujillo, Documentos". La cual la Fundación Demorizi donó a El Archivo General de la Nación quienes la publicaron en dos tomos, pero solo refleja su oposición a Trujillo, la valentía al analizar con la verdad noticias disfrazadas y la revelación de interioridades de los hechos que pocos conocen. Son un gran aporte y la primera publicación tras 36 años de su muerte.
Pero queda pendiente su Autobiografía, que lo que menos contiene es su historia personal. Es el recuento de lo que ocurrió en la República y el mundo desde su nacimiento hasta poco antes de su deceso, anotado con detalles, interpretaciones, descripciones y hasta correcciones impresionantes. También sus enciclopedias Dominicana y la Americana, en que plantea propuestas sobre cómo desintegrar las alta y baja presión, reformar el calendario, la brújula, la hora
Dejó además dos diccionarios, uno Bibliográfico y otro Bilingüe o Multilingüe. Era muy cuidadoso con los idiomas, en todas sus anotaciones, hasta las de economía, cuestionaba ortografías y traducciones.
Se ignora dónde y cómo aprendió inglés. Quizá le ayudaron sus trabajos en compañías extranjeras, como Foreing Bankin Corporation o los tantos años que vivió en Puerto Plata, con su activo muelle de exportación e importación y sus turistas. Trabajó además como tenedor de libros, cajero y apoderado en la casa de J. G. Sobá.
Se la pasaba enmendando autores y ampliando conceptos que consideraba inexactos. Decía que todos los libros de su propiedad podían identificarse por las marcas.
Tampoco han salido a la luz su Guía para dominar todas las colecciones de leyes y la colección de la Gaceta Oficial (1916-1929), las Efemérides ordenadas para el estudio de la independencia política del Nuevo Mundo, Legislación e historia dominicana 1844-1930; Código de Derecho Internacional Privado, Nómina de los altos funcionarios dominicanos y extranjeros 1844-1930, Riqueza dominicana, Resumen de economía política, Índice general del Código de comercio adoptado en 1844, Índice histórico en orden alfabético, Cronología para dominar toda la legislación dominicana, Cronología de la Anexión a España, Capitalismo práctico y otras que debe tener su descendencia o Juan Vargas, en quien delegó la publicación del diario clandestino que llevó en el trujillato.
Definido como uno de los primeros economistas dominicanos y llamado por Vetilio Alfau Durán pionero de los índices, de su autoría solo circuló limitadamente un estudio de los principales textos de historia de Santo Domingo.
En su biografía no dice que asistiera a la universidad. Comentó que si lo consideraban versado en muchas materias era porque se mantenía consultando constantemente su rica biblioteca, de la que hablaba con tanto orgullo como de su padre, de quien dice recibió sólidos conocimientos.
Odiaba los cargos públicos y probablemente el único que ocupó fue el de síndico de Puerto Plata, por 96 días, ya que fue sustituido por su indumentaria y manera terca de ser terco. Siempre vestía informal y es probable que impusiera llevar mocasines sin medias. Decía que ser funcionario quitaba tiempo a su trabajo intelectual. Además, su temperamento rebelde le impedía someterse. En 1937 estuvo preso por la publicación de un artículo sobre la producción de arroz, considerado injurioso.