José Francisco Peña Gómez

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José Francisco Peña Gómez

José Francisco Antonio Peña Gómez, nació en Mao, provincia de Valverde, el 6 de marzo de 1937. Sus padres, de origen haitiano, huyeron hacia Haití para salvar sus vidas, ya que Trujillo ordenó el exterminio de los residentes de esa nacionalidad en la región fronteriza. Peña Gómez fue adoptado por una familia que le dió sus apellidos.

Realizó sus estudios primarios y secundarios en su ciudad natal, y su último año de bachillerato, en la ciudad de San Cristóbal. Estudió Derecho en la Universidad de Santo Domingo, y se graduó en 1966.

En 1961 ingresó en el Partido Revolucionario Dominicano, en el que llegó a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional.

Tras el derrocamiento del Profesor Juan Bosch, en 1963, fue designado Secretario General Interino del PRD. En 1965, tuvo una destacada participación en los acontecimientos de la Revolución Constitucionalista, por el retorno al poder del derrocado Profesor Juan Bosch. El 24 de abril del mismo año, durante una transmisión del programa radial del PRD, Tribuna Democrática, llamó al pueblo a lanzarse a las calles a reclamar el retorno a la Constitución de 1963.

En 1966 fue escogido como Secretario General del Partido Revolucionario Dominicano, fundado por Bosch, y se erigió en la segunda figura de importancia en esa organización.

De 1970 a 1972, hizo estudios de postgrado en Ciencias Políticas y Derecho Constitucional, en Francia. En 1973, el Profesor Juan Bosch abandonó el PRD, para fundar una nueva organización política, el Partido de la Liberación Dominicana, PLD, y Peña Gómez pasó a dirigir al PRD y a conducirlo al triunfo electoral en el año 1978. En un esfuerzo de dotar al PRD de principios ideológicos sólidos, afilió su partido a la Internacional Socialista, organización mundial que afilia a los partidos políticos que sustentan la Social Democracia. José Francisco Peña Gómez descolló en esta organización y fue nombrado Presidente para América Latina.

Fue elegido Síndico por el Distrito Nacional en 1982 hasta 1986, año en que el PRD fue derrotado por Balaguer después de ocho años de gobierno perredeísta.

En 1990 fue candidato a la Presidencia de la República quedando su partido en tercer lugar.

En 1994, se presentó de nuevo como candidato a la Presidencia de la República, pero perdió las elecciones con el doctor Joaquín Balaguer. Peña Gómez alegó haber sido víctima de un fraude colosal, situación que denunció ante los organismos internacionales y logró llegar a un acuerdo con Balaguer para modificar la Constitución y convocar a elecciones en dos años, es decir, en 1996, de modo que el mandato de Balaguer quedó reducido a sólo dos años.

En 1996, el doctor Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano, PRSC, y el Profesor Juan Bosch, del Partido de la Liberación Dominicana, PLD, unieron sus fuerzas políticas, en un acuerdo denominado Frente Patriótico, para impedir el acceso al poder a José Francisco Peña Gómez, del PRD, virtual ganador de las elecciones tras la primera vuelta, favoreciendo al doctor Leonel Fernández Reyna, del PLD, quien ganó la Presidencia en la segunda vuelta.

En 1998, Peña Gómez se presentó como candidato a Síndico por el Distrito Nacional, pero le sorprendió la muerte en la etapa final de la campaña electoral. El doctor Peña Gómez estaba aquejado de un cáncer, que finalmente acabó con su vida.

Sin haber alcanzado la Presidencia de la República el doctor José Francisco Peña Gómez fue uno de los hombres que más aportó al desarrollo de la democracia dominicana. Acostumbraba a comunicarse con sus seguidores a través de la radio, en el programa oficial del Partido Revolucionario Dominicano, "Tribuna Democrática". Estos son fragmentos de una de sus alocuciones radiales, de fecha 18 de junio de 1984, en momentos en que el PRD estaba afectado por la lucha de tendencias.

"Como ya ha venido a ser habitual entre nosotros, una nueva crisis interna ha estallado en el seno del Partido Revolucionario Dominicano abarcando, esta vez, a la totalidad de los legisladores perredeístas.

La división, como un cáncer maligno, venía progresando en el cuerpo enfermo del PRD, desde el período anterior, pero hubo siempre un organismo que se mantuvo invulnerable a los efectos de la infección mortífera; nos referimos al bloque parlamentario.

Durante el gobierno del presidente don Antonio Guzmán, el bloque parlamentario fue el gran baluarte defensor de los principios establecidos del partido, acudimos al bloque parlamentario, encontrando siempre, aún en aquellos senadores y diputados que pertenecían a la tendencia del presidente Guzmán, un respaldo incondicional e irrestricto a las directrices del partido, aunque la obediencia a ellas significara entrar en desacuerdo con las posiciones del entonces Presidente de la República.

Cuando el presidente retardaba una decisión programática, el bloque se anticipaba, como sucedió con la Ley de Amnistía, la derogación de las leyes anticomunistas y las disposiciones que prohibían viajar a los países socialistas. En cada caso, el Ejecutivo acogió obediente y aplicó las justicieras leyes emanadas de nuestro bloque.

A pesar de la agria lucha de tendencias en que se desarrolló la administración del presidente Guzmán, la unidad del bloque parlamentario del partido le permitió gobernar sin mayores contratiempos, no obstante el PRD haber sido privado de la mayoría senatorial.

La minoría forzosa en que se encontró el Gobierno durante los cuatro años del primer mandato del PRD, no impidió que fueran aprobados casi todos los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo, aun los más controversiales como el préstamo de los 185 millones de pesos que, como se sabe, encontró grandes reservas en los seguidores de la tendencia del doctor Salvador Jorge Blanco y una oposición radical en los senadores y diputados del Partido Reformista. De todas maneras, el préstamo fue aprobado gracias a que varios senadores reformistas desoyeron el mandato negativo de su partido y votaron en favor de su aprobación.

Ahora bien, si una parte de los reformistas votaron en favor del préstamo de los 185 millones fue porque partido y gobierno, legisladores y Ejecutivo, actuaron monolíticamente poniendo los intereses del país por encima de los intereses faccionales.

El cáncer de la división ya ha alcanzado toda la anatomía social del perredeísmo, incluyendo al bloque parlamentario, el cual por primera vez en la historia del partido, se ha insubordinado contra una decisión emanada de la Comisión Política y ratificada por el líder del partido.

El Partido Revolucionario Dominicano fue sacudido hasta su cimientos hace poco tiempo, cuando la tendencia opuesta a la del licenciado Jacobo Majluta, la del presidente Salvador Jorge Blanco, rechazó tajantemente asistir al Pleno Nacional de Dirigentes convocado por el Comité Ejecutivo del partido para decidir importantes cuestiones internas de la organización.