Diferencia entre revisiones de «El Significado del Juego para los Niños»

De Enciclopedia Dominicana SOS
Saltar a: navegación, buscar
(Página creada con « Varios estudios realizados en los años setenta y ochenta muestran que el juego infantil sigue un curso regular de desarrollo estrechamente relacionado con el desarrollo i...»)
 
m
 
Línea 1: Línea 1:
  
Varios estudios realizados en los años setenta y ochenta muestran que el juego infantil sigue un curso regular de desarrollo estrechamente relacionado con el desarrollo intelectual, social y afectivo.  Se ha confirmado también que el juego en la primera infancia es la principal vía para el aprendizaje y el desarrollo de la personalidad. Ya a mediados del siglo xix sabía Froebel que esto era así cuando creó el jardín de infancia, aunque  carecía de resultados de investigación para probarlo. Froebel afirmó que el juego y las ramificaciones del mismo son la fuente de todo lo bueno; que un niño que juega con entusiasmo y tranquilidad  hasta estar físicamente cansando, se convertirá sin duda alguna en un adulto tranquilo, capaz y perseverante que, a través de su actividad, fomentará el bienestar propio y ajeno. No siempre es fácil definir el juego. Su ver-dadera naturaleza es tal que no puede restringirse fácilmente a una definición única y homogénea. Sin embargo, el juego tiene una serie de rasgos característicos que lo distinguen de otras clases de actividad. El juego es algo de lo que se disfruta y que satisface. Implica libertad y  creatividad, compromiso e iniciativa. Los rasgos característicos del juego son de especial  
+
Varios estudios realizados en los años setenta y ochenta muestran que el juego infantil sigue un curso regular de desarrollo estrechamente relacionado con el desarrollo intelectual, social y afectivo.  Se ha confirmado también que el juego en la primera infancia es la principal vía para el aprendizaje y el desarrollo de la personalidad. Ya a mediados del siglo xix sabía Froebel que esto era así cuando creó el jardín de infancia, aunque  carecía de resultados de investigación para probarlo. Froebel afirmó que el juego y las ramificaciones del mismo son la fuente de todo lo bueno; que un niño que juega con entusiasmo y tranquilidad  hasta estar físicamente cansando, se convertirá sin duda alguna en un adulto tranquilo, capaz y perseverante que, a través de su actividad, fomentará el bienestar propio y ajeno. No siempre es fácil definir el juego. Su ver-dadera naturaleza es tal que no puede restringirse fácilmente a una definición única y homogénea. Sin embargo, el juego tiene una serie de rasgos característicos que lo distinguen de otras clases de actividad. El juego es algo de lo que se disfruta y que satisface. Implica libertad y  creatividad, compromiso e iniciativa.  
importancia de muchas maneras para la educación de los lactantes, los niños deficientes y los desfavorecidos  en la primera infancia.  El juego es una actividad que es satisfactoria en sí misma, es decir, que se realiza por el placer que produce. En otras palabras, durante el juego lo más importante es el proceso y no el producto.  Ello hace que el juego sea especialmente adecuado para trabajar con niños deficientes que a menudo han conocido el fracaso porque las exigencias de éxito y de "producto" han sido demasiado grandes y demasiado apremiantes.  Si los niños participan en el juego, se atreverán a intentarlo de nuevo, a tomar la iniciativa y ser activos.  Cuando  sólo es un juego, no importa tanto que el resultado no sea un éxito completo. El niño se atreve a correr el riesgo de fracasar.  Piaget [1959] ha mostrado cómo los niños adquieren experiencia  a través del juego, compren-den  las relaciones  de  causalidad,  desarrollan  la  percepción y  asimilan  conceptos. Los niños necesitan jugar para aprender. Por lo tanto,  es de  la  mayor  importancia que  los  adultos  se  cercioren  de que  los  niños  deficientes gozan de las  mismas  oportunidades  de  juego  que las que los otros niños  normalmente  obtienen  por  sí  mismos.  El  juego no  sólo proporciona una  formación  intelectual a los niños.  A menudo  también les ayuda  a  resolver  sus problemas  afectivos y sociales. En el juego y en la imaginación, todo es posible. Además,  de ese modo  y de una  forma  no  peligrosa, un  niño  puede  manifestar  emociones que fuera  del  juego  serían  inaceptables,  como  la agresividad,  los celos y el miedo. El juego  también  ayuda  a prevenir  la  ansiedad  porque los  niños, a través de él, pueden aprender a  aceptar  las experiencias  difíciles y  dolorosas
+
 
con  que se pueden  encontrar  en  su vida  cotidiana. Las  aptitudes  básicas  se  adquieren más  fácil-mente  a través del  juego que mediante  el  aprendizaje  tradicional.  Evidentemente,  los  límites  entre  el juego y el aprendizaje son  algo difusos, como  entre  el  juego  y  el  trabajo.  Pero  una  característica  del  juego  es que es voluntario y que  la misma  actividad se repite una  y  otra vez, con  diversas  variaciones.  Este  es  exactamente  el  proceso  necesario  para  adquirir  destrezas,  ya  sea  para  aprender a montar  en bicicleta  o  para  aprender  a leer. Cuando  esto  se  realiza a través  del  juego, todo es "un juego" y el niño se entrega a ello con entusiasmo. No  es menos  importante  el  aprendizaje social que  se  produce  a través  del  juego. Parece como si los  niños y jóvenes  de hoy encontraran cada vez  más  difícil  adaptarse a las normas y  criterios  generales.  La  mayoría  de  los niños  que  necesitan  ayuda  son  los que tienen  problemas  sociales y/o  afectivos.  En  el juego  social,  los niños  aceptan  gustosamente  las reglas  del  juego.  La  interferencia  entre  libertad y límites  estructurales  es característica  del juego,  porque  la  naturaleza  del  juego  es  libertad por un lado y reglas inherentes y estructura por otro. Cuando se  elimina  la libertad, ya no hay juego. Pero al mismo  tiempo,  si  las reglas  y  la  estructura  desaparecen,  el  juego se desintegra.  Los niños que,  en  otras  circunstancias,  encuentran difícil seguir  las reglas y las normas  aprenderán, al jugar  con  otros  niños  de su misma  edad, a aceptar  leyes  comunes.  El  problema  consiste a menudo  en  conseguir  que  los niños  que necesitan  una ayuda  y  una  apoyo  especiales  se entreguen  al juego. No  se  puede  obligar a jugar a un niño, porque  juego  significa  libertad.  Pero  se le  puede  invitar a jugar y  estimularlo.  Es  importante tener  presente que los  niños  funcionalmente  deficientes  son  ante  todo  niños  normales  con  las mismas necesidades  que  otros  niños,  pero  con  problemas  especiales  que  hacen  necesario  que  se  les  ayude  a empezar  el juego en  el  que  los  otros  niños  se expresan  espontánea y  naturalmente.  La  actividad  lúdica  del niño  corresponde  más  a su etapa  de  desarrollo  que a su edad cronológica.  En  los  niños  deficientes,  el  proceso  de  desarrollo  del  juego  se  produce  de  la  misma  forma  que en  los  otros niños, pero el contenido real  del  juego y la forma  de  jugar pueden  ser  diferentes,  según el tipo y grado  de  deficiencia  y  la personalidad  del niño.  El contenido del juego y los  objetos usados en él variarán, además, de  acuerdo con  la  cultura  a la que pertenece el niño.  Mientras que  los  niños de países occidentales  jugarán a hacer  como  si  comieran  con  una  cuchara,  el  juego  equivalente  de niños asiáticos  será  hacer  como  si  comieran  con  palillos. El  juego  evoluciona  más  lentamente  en los niños  deficientes  que en  otros  niños,  y sigue su  nivel  de desarrollo  mental  y  social.  Esta  actividad y  su evolución  puede  ser  estimulada e influenciada  a través de un entorno adecuado y de  la influencia  de  profesores  y padres.  También  son importantes los  compañeros  de juego. Hay  muchísimas  posibilidades  en lo que se refiere  al desarrollo  del  juego y a la  conducta  social  entre  los niños  deficientes.  El juego se puede utilizar tanto para observar, es  decir,  para  averiguar  el nivel  de  funciona-miento  y las habilidades  del  niño,  como  para  potenciar  su aprendizaje y desarrollo. La  observación y la estimulación  a través  del  juego son dos  aspectos  de la misma  cuestión.   
+
Los rasgos característicos del juego son de especial importancia de muchas maneras para la educación de los lactantes, los niños deficientes y los desfavorecidos  en la primera infancia.  El juego es una actividad que es satisfactoria en sí misma, es decir, que se realiza por el placer que produce. En otras palabras, durante el juego lo más importante es el proceso y no el producto.  Ello hace que el juego sea especialmente adecuado para trabajar con niños deficientes que a menudo han conocido el fracaso porque las exigencias de éxito y de "producto" han sido demasiado grandes y demasiado apremiantes.  Si los niños participan en el juego, se atreverán a intentarlo de nuevo, a tomar la iniciativa y ser activos.  Cuando  sólo es un juego, no importa tanto que el resultado no sea un éxito completo. El niño se atreve a correr el riesgo de fracasar.  Piaget [1959] ha mostrado cómo los niños adquieren experiencia  a través del juego, compren-den  las relaciones  de  causalidad,  desarrollan  la  percepción y  asimilan  conceptos. Los niños necesitan jugar para aprender. Por lo tanto,  es de  la  mayor  importancia que  los  adultos  se  cercioren  de que  los  niños  deficientes gozan de las  mismas  oportunidades  de  juego  que las que los otros niños  normalmente  obtienen  por  sí  mismos.  El  juego no  sólo proporciona una  formación  intelectual a los niños.  A menudo  también les ayuda  a  resolver  sus problemas  afectivos y sociales. En el juego y en la imaginación, todo es posible. Además,  de ese modo  y de una  forma  no  peligrosa, un  niño  puede  manifestar  emociones que fuera  del  juego  serían  inaceptables,  como  la agresividad,  los celos y el miedo. El juego  también  ayuda  a prevenir  la  ansiedad  porque los  niños, a través de él, pueden aprender a  aceptar  las experiencias  difíciles y  dolorosas con  que se pueden  encontrar  en  su vida  cotidiana. Las  aptitudes  básicas  se  adquieren más  fácil-mente  a través del  juego que mediante  el  aprendizaje  tradicional.   
 +
 
 +
Evidentemente,  los  límites  entre  el juego y el aprendizaje son  algo difusos, como  entre  el  juego  y  el  trabajo.  Pero  una  característica  del  juego  es que es voluntario y que  la misma  actividad se repite una  y  otra vez, con  diversas  variaciones.  Este  es  exactamente  el  proceso  necesario  para  adquirir  destrezas,  ya  sea  para  aprender a montar  en bicicleta  o  para  aprender  a leer. Cuando  esto  se  realiza a través  del  juego, todo es "un juego" y el niño se entrega a ello con entusiasmo. No  es menos  importante  el  aprendizaje social que  se  produce  a través  del  juego. Parece como si los  niños y jóvenes  de hoy encontraran cada vez  más  difícil  adaptarse a las normas y  criterios  generales.   
 +
 
 +
La  mayoría  de  los niños  que  necesitan  ayuda  son  los que tienen  problemas  sociales y/o  afectivos.  En  el juego  social,  los niños  aceptan  gustosamente  las reglas  del  juego.  La  interferencia  entre  libertad y límites  estructurales  es característica  del juego,  porque  la  naturaleza  del  juego  es  libertad por un lado y reglas inherentes y estructura por otro. Cuando se  elimina  la libertad, ya no hay juego. Pero al mismo  tiempo,  si  las reglas  y  la  estructura  desaparecen,  el  juego se desintegra.  Los niños que,  en  otras  circunstancias,  encuentran difícil seguir  las reglas y las normas  aprenderán, al jugar  con  otros  niños  de su misma  edad, a aceptar  leyes  comunes.  El  problema  consiste a menudo  en  conseguir  que  los niños  que necesitan  una ayuda  y  una  apoyo  especiales  se entreguen  al juego. No  se  puede  obligar a jugar a un niño, porque  juego  significa  libertad.  Pero  se le  puede  invitar a jugar y  estimularlo.  Es  importante tener  presente que los  niños  funcionalmente  deficientes  son  ante  todo  niños  normales  con  las mismas necesidades  que  otros  niños,  pero  con  problemas  especiales  que  hacen  necesario  que  se  les  ayude  a empezar  el juego en  el  que  los  otros  niños  se expresan  espontánea y  naturalmente.  La  actividad  lúdica  del niño  corresponde  más  a su etapa  de  desarrollo  que a su edad cronológica.  En  los  niños  deficientes,  el  proceso  de  desarrollo  del  juego  se  produce  de  la  misma  forma  que en  los  otros niños, pero el contenido real  del  juego y la forma  de  jugar pueden  ser  diferentes,  según el tipo y grado  de  deficiencia  y  la personalidad  del niño.   
 +
 
 +
El contenido del juego y los  objetos usados en él variarán, además, de  acuerdo con  la  cultura  a la que pertenece el niño.  Mientras que  los  niños de países occidentales  jugarán a hacer  como  si  comieran  con  una  cuchara,  el  juego  equivalente  de niños asiáticos  será  hacer  como  si  comieran  con  palillos. El  juego  evoluciona  más  lentamente  en los niños  deficientes  que en  otros  niños,  y sigue su  nivel  de desarrollo  mental  y  social.  Esta  actividad y  su evolución  puede  ser  estimulada e influenciada  a través de un entorno adecuado y de  la influencia  de  profesores  y padres.  También  son importantes los  compañeros  de juego. Hay  muchísimas  posibilidades  en lo que se refiere  al desarrollo  del  juego y a la  conducta  social  entre  los niños  deficientes.  El juego se puede utilizar tanto para observar, es  decir,  para  averiguar  el nivel  de  funciona-miento  y las habilidades  del  niño,  como  para  potenciar  su aprendizaje y desarrollo. La  observación y la estimulación  a través  del  juego son dos  aspectos  de la misma  cuestión.   
  
 
Tomado de:
 
Tomado de:

Revisión actual del 18:26 7 oct 2019

Varios estudios realizados en los años setenta y ochenta muestran que el juego infantil sigue un curso regular de desarrollo estrechamente relacionado con el desarrollo intelectual, social y afectivo. Se ha confirmado también que el juego en la primera infancia es la principal vía para el aprendizaje y el desarrollo de la personalidad. Ya a mediados del siglo xix sabía Froebel que esto era así cuando creó el jardín de infancia, aunque carecía de resultados de investigación para probarlo. Froebel afirmó que el juego y las ramificaciones del mismo son la fuente de todo lo bueno; que un niño que juega con entusiasmo y tranquilidad hasta estar físicamente cansando, se convertirá sin duda alguna en un adulto tranquilo, capaz y perseverante que, a través de su actividad, fomentará el bienestar propio y ajeno. No siempre es fácil definir el juego. Su ver-dadera naturaleza es tal que no puede restringirse fácilmente a una definición única y homogénea. Sin embargo, el juego tiene una serie de rasgos característicos que lo distinguen de otras clases de actividad. El juego es algo de lo que se disfruta y que satisface. Implica libertad y creatividad, compromiso e iniciativa.

Los rasgos característicos del juego son de especial importancia de muchas maneras para la educación de los lactantes, los niños deficientes y los desfavorecidos en la primera infancia. El juego es una actividad que es satisfactoria en sí misma, es decir, que se realiza por el placer que produce. En otras palabras, durante el juego lo más importante es el proceso y no el producto. Ello hace que el juego sea especialmente adecuado para trabajar con niños deficientes que a menudo han conocido el fracaso porque las exigencias de éxito y de "producto" han sido demasiado grandes y demasiado apremiantes. Si los niños participan en el juego, se atreverán a intentarlo de nuevo, a tomar la iniciativa y ser activos. Cuando sólo es un juego, no importa tanto que el resultado no sea un éxito completo. El niño se atreve a correr el riesgo de fracasar. Piaget [1959] ha mostrado cómo los niños adquieren experiencia a través del juego, compren-den las relaciones de causalidad, desarrollan la percepción y asimilan conceptos. Los niños necesitan jugar para aprender. Por lo tanto, es de la mayor importancia que los adultos se cercioren de que los niños deficientes gozan de las mismas oportunidades de juego que las que los otros niños normalmente obtienen por sí mismos. El juego no sólo proporciona una formación intelectual a los niños. A menudo también les ayuda a resolver sus problemas afectivos y sociales. En el juego y en la imaginación, todo es posible. Además, de ese modo y de una forma no peligrosa, un niño puede manifestar emociones que fuera del juego serían inaceptables, como la agresividad, los celos y el miedo. El juego también ayuda a prevenir la ansiedad porque los niños, a través de él, pueden aprender a aceptar las experiencias difíciles y dolorosas con que se pueden encontrar en su vida cotidiana. Las aptitudes básicas se adquieren más fácil-mente a través del juego que mediante el aprendizaje tradicional.

Evidentemente, los límites entre el juego y el aprendizaje son algo difusos, como entre el juego y el trabajo. Pero una característica del juego es que es voluntario y que la misma actividad se repite una y otra vez, con diversas variaciones. Este es exactamente el proceso necesario para adquirir destrezas, ya sea para aprender a montar en bicicleta o para aprender a leer. Cuando esto se realiza a través del juego, todo es "un juego" y el niño se entrega a ello con entusiasmo. No es menos importante el aprendizaje social que se produce a través del juego. Parece como si los niños y jóvenes de hoy encontraran cada vez más difícil adaptarse a las normas y criterios generales.

La mayoría de los niños que necesitan ayuda son los que tienen problemas sociales y/o afectivos. En el juego social, los niños aceptan gustosamente las reglas del juego. La interferencia entre libertad y límites estructurales es característica del juego, porque la naturaleza del juego es libertad por un lado y reglas inherentes y estructura por otro. Cuando se elimina la libertad, ya no hay juego. Pero al mismo tiempo, si las reglas y la estructura desaparecen, el juego se desintegra. Los niños que, en otras circunstancias, encuentran difícil seguir las reglas y las normas aprenderán, al jugar con otros niños de su misma edad, a aceptar leyes comunes. El problema consiste a menudo en conseguir que los niños que necesitan una ayuda y una apoyo especiales se entreguen al juego. No se puede obligar a jugar a un niño, porque juego significa libertad. Pero se le puede invitar a jugar y estimularlo. Es importante tener presente que los niños funcionalmente deficientes son ante todo niños normales con las mismas necesidades que otros niños, pero con problemas especiales que hacen necesario que se les ayude a empezar el juego en el que los otros niños se expresan espontánea y naturalmente. La actividad lúdica del niño corresponde más a su etapa de desarrollo que a su edad cronológica. En los niños deficientes, el proceso de desarrollo del juego se produce de la misma forma que en los otros niños, pero el contenido real del juego y la forma de jugar pueden ser diferentes, según el tipo y grado de deficiencia y la personalidad del niño.

El contenido del juego y los objetos usados en él variarán, además, de acuerdo con la cultura a la que pertenece el niño. Mientras que los niños de países occidentales jugarán a hacer como si comieran con una cuchara, el juego equivalente de niños asiáticos será hacer como si comieran con palillos. El juego evoluciona más lentamente en los niños deficientes que en otros niños, y sigue su nivel de desarrollo mental y social. Esta actividad y su evolución puede ser estimulada e influenciada a través de un entorno adecuado y de la influencia de profesores y padres. También son importantes los compañeros de juego. Hay muchísimas posibilidades en lo que se refiere al desarrollo del juego y a la conducta social entre los niños deficientes. El juego se puede utilizar tanto para observar, es decir, para averiguar el nivel de funciona-miento y las habilidades del niño, como para potenciar su aprendizaje y desarrollo. La observación y la estimulación a través del juego son dos aspectos de la misma cuestión.

Tomado de:

  1. Perspectivas, vol. XVI, n." 4, 1986 5i8 Liv Vedeler