El Arte Rupestre en Santo Domingo, República Dominicana

De Enciclopedia Dominicana SOS
Revisión del 13:49 12 abr 2017 de Profesor cruz (Discusión | contribuciones) (La cueva de Los tres Ojos)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar

Cueva Caicoa III, Honduras del Oeste

Adolfo López Belando arqueoco@hotmail.com Arqueólogo

Introducción

La ciudad de Santo Domingo en la República Dominicana, cuenta con un atractivo cultural de primer orden que permanece olvidado y oculto a la vista, tanto de sus habitantes como de los turistas que nos visitan: el arte rupestre prehispánico. La mayor parte de estas muestras culturales se localizan en la zona de Honduras del Oeste, concretamente en el farallón rocoso que se desarrolla a todo largo del lindero meridional del Parque Mirador Sur, pero también existen otros sitios con arte rupestre dentro del casco urbano. La lista que hemos preparado con sitios rupestres localizados dentro del casco urbano es la siguiente:

  1. Cueva Iguani, en el parque Mirador Sur, entre las estaciones “2” y “3” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la subida a la Avenida Núñez de Cáceres.
  2. Cueva Guari, en el parque Mirador Sur, entre las estaciones “4” y “5” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén.
  3. Cueva de La Policía, en el parque Mirador Sur, en la escalinata que se encuentra detrás del cuartel de la Policía Nacional situado en la Avenida Cayetano Germosén.
  4. Cueva de Bahoruco, en el parque Mirador Sur, al lado de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén.
  5. Cueva de Honduras del Oeste, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén.
  6. Cueva Caicoa I, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud.
  7. Cueva Caicoa II, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa I.
  8. Cueva Caicoa III, en el parque Mirador Sur, después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa II.
  9. La cueva de Santa Ana en la calle Bolívar, dentro de la zona verde donde se ubicaba el Conservatorio de Música y la Escuela de Danza.
  10. La cueva Collantes, en el mismo centro de la ciudad, en la calle José Aibar Castellanos n°141, cerca de la cueva de Santa Ana.
  11. El Refugio de Vida Silvestre Cueva los Tres Ojos, donde aun podemos observar algunos interesantes petroglifos entre el mar de hormigón que fue vertido en la caverna natural.

Las posibilidades para utilizar el arte rupestre localizado en la zona urbana en beneficio del turismo son enormes. Además la iniciativa constituiría una novedosa actuación que puede ser enmarcada dentro de la capitalidad cultural de nuestra ciudad. Sitios con arte rupestre en capitales americanas no han sido reportados hasta ahora y los que se encuentran en Santo Domingo son de indudable interés científico y estético. Así pues nuestra propuesta general es que se prepare un proyecto para localizar, documentar, investigar y poner en uso público los principales sitios de arte rupestre prehispánico con que cuenta la capital.

La idea de integrar el arte rupestre entre los recorridos culturales de la ciudad no es nueva, pues ya en 1991 científicos de la categoría de Abelardo Jiménez, Eugenio Marcano y el Padre Cícero propusieron que el Parque Mirador Sur fuese organizado como un museo al aire libre. Una de los atractivos de este espacio, además de su flora y fauna, serían las cavernas con arte rupestre que se desarrollan sobre el farallón y en el mismo espacio superior del parque.

El parque Mirador Sur fue creado en 1970 y desde el primer momento las cavernas que alberga fueron objeto de atención; sin embargo nunca se realizó un estudio sistemático del arte rupestre que contienen. Los últimos trabajos sobre la zona del parque han sido realizados por el Grupo Tinglar con fondos de Jaica y el apoyo del Ayuntamiento de Santo Domingo, pero entre los estudios realizados no se ha incluido uno de los recursos más importantes del parque: el arte rupestre.

Gran parte de las cavernas del parque tienen ya un acceso mediante escalinatas que se preparó hace tiempo, pero que en la actualidad se sume en el abandono. También se colocaron letreros con el nombre de las cavernas más representativas, pero se encuentran en la misma situación que el resto de la infraestructura visitación al del farallón.

Mapa satelital de Santo Domingo con la situación de las cavernas con arte rupestre

Honduras del Oeste o Parque Mirador Sur

La zona más interesante y con más posibilidades para convertirse en uno de los sitios más atractivos para observar arte rupestre es la zona de Honduras del Oeste. La ubicación de los sitios rupestres dentro de un hermoso parque urbano de gran extensión permite conjugar el esparcimiento con el disfrute de la cultura.

Honduras del Oeste es actualmente una zona urbana que abarca el Parque Mirador Sur y todo el farallón que la delimita al borde de la Avenida Pedro Germosen. Este farallón de calizas formadas en el Pleistoceno, tiene un desarrollo aproximado de 6 kilómetros y está jalonado por multitud de cavernas y abrigos donde se encuentran las muestras de arte rupestre. Actualmente se contabilizan oficialmente como 11 las cuevas que se desarrollan en el farallón, aunque el número es mucho mayor si se incluyen todos los abrigos que jalonan la formación cárstica.

El farallón es una terraza de caliza coralina formada durante el Pleistoceno donde se suceden las cuevas y los abrigos durante todo su desarrollo. La vegetación corresponde al bosque tropical húmedo típico de esta parte de la isla y la fauna presente presenta especies introducidas asimiladas a la vida urbana y algunas interesantes muestras de la fauna endémica que sobreviven gracias a la protección que les brinda el área verde del parque Mirador Sur.

Parque Mirador Sur en el contexto urbano de Santo Domingo

Algunos de los sitios de arte rupestre situados en las cuevas y abrigos de Honduras del Oeste fueron reportados por primera vez en 1971 por Renato Rímoli, Carlos Morales y Pragmacio Marichal. El escueto informe se publicó en el Listín Diario. Por aquellos tiempos la zona aun no estaba urbanizada, perteneciendo los campos a fincas agrícolas hoy desaparecidas.

En 1973 algunas cuevas y abrigos de la zona fueron objeto de excavaciones arqueológicas por parte de Marcio Veloz y Elpidio Ortega, quienes catalogaron los restos localizados como precerámicos y los fecharon en el 360 antes de Cristo. A pesar de haber encontrado cerámica en las excavaciones esta fue considerada intrusiva.

En 1979 Renato Rímoli y Joaquín Nadal volvieron a Honduras del Oeste con el fin de comprobar si la cerámica que se localizó en las excavaciones de 1973 era o no intrusiva. La conclusión de los trabajos fue que efectivamente los pobladores del sitio contaban con cerámica, aunque su ajuar fuese típico de pueblos pre ceramistas.

Posteriormente el Departamento de Arte Rupestre del Museo del Hombre Dominicano, dirigido por Gabriel Atiles, realizó trabajos de localización de sitios rupestres en la zona, incluyendo los hallazgos realizados en la página de arte rupestre de un inédito Atlas Nacional que contempla entre otras cosas, los recursos culturales del país.

Aun no se ha realizado, o al menos nunca se ha publicado, un trabajo sistemático sobre los sitios rupestres del farallón, a pesar de que el acceso a los mismos es sumamente fácil, al encontrarse en pleno casco urbano de la ciudad. Lamentablemente la situación de absoluto abandono en que se encuentran los sitios rupestres es impactante. Las cuevas y abrigos están en su mayor parte llenas de basura y algunas de ellas sirven de refugio nocturno a mendigos y drogadictos.

Durante los trabajos que hemos realizado para documentar el arte rupestre del lugar hemos podido localizar piezas realmente espectaculares. La mayor parte son petroglifos, muchos de ellos de excelente factura, pero también hemos encontrado interesantes bajorrelieves encuadrables dentro de la primitiva técnica escultórica prehispánica de las Antillas. En una de las cavernas hemos podido localizar también un conjunto de pinturas rupestres de gran interés, pertenecientes a la Escuela de José María, muy similares a las que aparecen en la cueva de Las Maravillas, en San Pedro de Macorís.

Aun cuando el entorno se encuentra muy alterado, el hecho de que el farallón forma parte de un área verde, ha permitido que su estructura geológica mantenga su morfología original y que todavía conserve parte de su cobertura vegetal. Los petroglifos en su mayor parte aun se conservan en buen estado, aunque hay gran cantidad de basura acumulada en muchas de las cuevas y abrigos y se pueden observar graffiti en varios de los sitios rupestres.

Las circunstancias reseñadas permiten que podamos, sin duda alguna, recuperar estos espectaculares recursos culturales de la ciudad e incorporarlos a un circuito ecológico y cultural que podría ser visitado por miles de personas sin riesgo alguno para el arte rupestre presente. Incorporar el arte rupestre a la estructura recreacional del Parque Mirador Sur es una posibilidad que beneficiaría enormemente al conjunto natural y redundaría en un nuevo y original atractivo turístico para la ciudad de Santo Domingo.

Seguidamente realizaremos una somera descripción de las cuevas con arte rupestre que por el momento hemos localizado en el farallón rocoso de la Avenida Pedro Germosén. Probablemente aparecerán más sitios con arte rupestre en la zona, pues los seis kilómetros de farallón todavía no han sido explorados de forma exhaustiva:

Cueva Iguani

Iguani1.jpg

Situada entre las estaciones “2” y “3” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la subida a la Avenida Núñez de Cáceres, en las coordenadas geográficas: 18°,26.652’ N. / 69°,56.805 O.

Se han documentado dos petroglifos de tipo antropomorfo, uno de ellos en parte re excavado recientemente. Las formaciones de cueva se conservan en relativo buen estado a pesar de la basura que se encuentra en el lugar.

Cueva Guari

Guari.jpg

Situada entre las estaciones “4” y “5” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, en las coordenadas geográficas: 18°, 6.511’ N. / 69°, 7251 O.

Se han documentado 14 pinturas de tipo antropomorfo y abstracto. Estas pictografías tienen un gran interés arqueológico pues pertenecen a la llamada Escuela de José María, teniendo gran similitud con las pinturas de la cueva de Las Maravillas, tanto en el trazo como en la temática. Representan figuras femeninas en su mayor parte y algunas de ellas están claramente relacionadas entre sí.

Resulta ría de extremo interés realizar un estudio profundo de estas pinturas, pues resulta sorprendente su aparición en este contexto geográfico. Algunas de ellas están vandalizadas, remarcadas con pintura o alteradas por graffiti. Las pinturas son de gran tamaño, entre 30 y 40 cm. de altura aproximadamente; se encuentran muy cerca de la entrada de la cueva, a la vista de la luz solar. No hemos localizado todavía petroglifos en la caverna.

La cueva es la morada de una importante colonia de murciélagos frugívoros, pero a pesar de su enorme valor cultural y natural, se encuentra cubierta de basura y chatarra en buena parte de su recorrido.

Cueva de La Policía

Polici.jpg

Situada en la escalinata que se encuentra detrás del cuartel de la Policía Nacional, la Avenida Cayetano Germosén, en las coordenadas geográficas:18°,16.178’ N. / 69°,58.225 O.

Se han documentado 5 petroglifos de tipo antropomorfo, en forma de las sencillas caritas. Se encuentran todas en una formación secundaria en el suelo, a la entrada de la caverna. La cueva tiene gran cantidad de graffiti.

Cueva de Bahoruco

Bahoruco.jpg

Situada al lado de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, en las coordenadas geográficas: 18°, 26.096’ N. / 69°, 56.448 O.

Se han documentado en la cueva 10 petroglifos situados en dos paneles en el fondo de la cueva. La mayor parte son antropomorfos, dos de ellos de cuerpo entero, y algunos han sido seriamente dañados. Los graffiti rodean las figuras que en algún caso, además han sido re grabadas y escarbadas. La simbología es la habitual en las cavernas de la zona y todas las figuras miran hacia la entrada de la caverna.

La cueva fue utilizada como vivienda y hay muchas alteraciones en su morfología. Actualmente se encuentra abandonada y cubierta de basura, sirviendo de morada nocturna para los indigentes que sobreviven como pueden en esta zona de la capital.

Cueva de Honduras del Oeste

Hondur.jpg

Situada después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, en las coordenadas geográficas: 18°, 26.073’ N. / 69°, 58.515 O.

Se han documentado en la cueva 13 petroglifos de excelente factura y gran significado ritual. Sin duda esta es la caverna con los petroglifos mejor terminados y más interesantes de las localizadas hasta en momento en el farallón del Parque Mirador Sur. No aparecen en las inmediaciones señalizaciones con el nombre de la cueva, por lo que la hemos nombrado con la denominación general del área.

Destaca entre todos los diseños el de una figura femenina situado en un lugar preferencial, dominando el resto de las figuras. Está en posición ritual con las piernas abiertas y porta una compleja corona que demuestra la importancia del personaje. Otra de las figuras más interesantes es un petroglifo, casi en bajorrelieve que presenta tres rayos bajo la cabeza, lo que coincide con otras muchas figuras que comparten este atributo dispersas por todo el arte rupestre caribeño. Sin duda se trata de una deidad importante muy difundida en las Antillas que todavía no hemos podido identificar.

Amorfo.jpg

El resto de los petroglifos son caritas muy bien terminadas y muchas de ellas profundamente excavadas en la roca. Los petroglifos en general se encuentran en muy buen estado. La caverna, aunque sucia, es de las menos alteradas en la zona y resultaría muy sencillo limpiarla con vistas a un uso público sostenible como recurso cultural.

Cueva Caicoa I

Caicoa.jpg

Situada después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, en las coordenadas geográficas: 18°, 26.020’ N. / 69°, 58.716 O.

Se han documentado 12 petroglifos y dos bajorrelieves en la caverna. Destacan por su gran interés dos excelentes esculturas, una de una cabeza y otra de un cráneo que presenta la típica deformación frontal que realizaban los arahuacos de las Antillas. Esta auténtica escultura en bajorrelieve es única en el arte rupestre antillano.

Los petroglifos se encuentran dispersos por toda la cueva, pero la cabeza mejor terminada se ha esculpido sobre un bloque estalagmítico que se encuentra en el centro de la cueva. Probablemente se trate de la representación del guardián de la cueva mítica donde vivían los tainos antes de salir a poblar la tierra que conocemos por el nombre de Macocael.

Los petroglifos en general se encuentran en buen estado, pero la cueva, más bien un abrigo profundo, está en un estado lamentable de abandono. Basura, chatarra y escombro ocupan gran parte del suelo, desvirtuando la excelente muestra de arte rupestre que resalta entre la inmundicia.

Cueva Caicoa II

Caicoa2.jpg

Situada después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa I, en las coordenadas geográficas: 18°, 26.020’ N. / 69°, 58.735 O.

Se han documentado 5 petroglifos de tipo antropomorfo. Los motivos se encuentran bastante deteriorados por el paso del tiempo y la intemperie, pues realmente el sitio es un abrigo y las muestras de arte rupestre se encuentran talladas en los espeleotemas que cuelgan del farallón. El sitio está limpio y en buen estado de conservación.

Cueva Caicoa III

Caicoa3.jpg

Situada después de la estación “10” del paseo de la Avenida Cayetano Germosén, antes de la calle que comunica la citada Avenida con la Avenida de La Salud, a pocos metros hacia el Este de la cueva Caicoa II, en las coordenadas geográficas: 18°, 26.016’ N. / 69°, 58.748 O.

Se han documentado 2 petroglifos antropomorfos de cuerpo entero tallados en una colada estalagmítica dentro de la cueva. Pese a lo reducido de las dimensiones de la cueva y el escaso arte rupestre que contiene, el ambiente del sitio es muy interesante y se encuentra dotado de una fuerte carga ritual.

La cueva de Santa Ana

Santaana1.jpg

La historia de la cueva de Santa Ana es realmente accidentada. Se encuentra en el recinto ajardinado que ocupa la manzana delimitada por las calles Alma Mater al Este, Cesar Nicolás Penson al Norte, Ricardo Robles al Oeste y Bolívar al Sur. En los terrenos ajardinados se encuentra el Conservatorio de Música y la Escuela Nacional de Danza.

En tiempos pasados el área de la cueva formaba parte del parque de atracciones “Quisqueya Park”, hasta que fue desmantelado. También fue parte del antiguo zoológico de la capital. Después formó parte del recinto donde se celebraba la Feria del Libro y actualmente es un lugar abierto al público donde se realizan ocasionalmente eventos sociales o lúdicos.

La cueva es realmente una dolina en cuyas paredes se desarrollan algunas cuevas de escaso desarrollo. Tanto en los espeleotemas como en las coladas calizas se pueden observar algunos petroglifos prehispánicos con mayor o menor grado de deterioro.

Santaana2.jpg

Es curioso observar como algunos artistas han recreado “neopetroglifos” en varias zonas de la cueva, inspirándose algunas veces en la iconografía taina. Lamentablemente muchos visitantes consideran estas obras como tainas, pues no hay información al respecto en ninguna parte del sitio.

El arte rupestre de la cueva representa básicamente las típicas “caritas” que se dan en todo el arte rupestre antillano. Se encuentran talladas en la roca y por su morfología no parece, en principio, que hayan sido la inspiración de los artistas modernos que crearon los neopetroglifos que adornan varias zonas de la dolina. El arte rupestre prehispánico presente en la cueva se encuentra en bastante buen estado, pues no hay graffiti ni se ha maltratado intencionalmente.

La cueva de Santa Ana puede ser en buena parte recuperada y presenta espacios que incluso podrían resultar interesantes áreas de exposición de piezas arqueológicas. Proteger y de alguna manera poner en evidencia la existencia de los antiguos petroglifos dotaría al lugar de un interesante atractivo cultural que podría formar parte de la oferta turística de la ciudad de Santo Domingo.

La cueva Collantes

Collantes.jpg

La cueva Collantes se localiza en el mismo centro del casco urbano de Santo Domingo, concretamente en un solar ubicado en la calle José Aibar Castellanos n° 141, en el ensanche La Esperilla. La caverna fue reportada por primera vez en 1915 por Cayetano Armando Rodríguez en su libro “Geografía de la Isla de Santo Domingo y Reseña de las Demás Antillas”. Posteriormente, en 1983, los investigadores Renato Rímoli, Marcio Veloz, Fernando Luna, Harold Olsen y Angel Caba realizaron trabajos arqueológicos en la cueva que publicaron en el Boletín del Museo del Hombre Dominicano n° 18.

Durante los trabajos en la cueva se reportó la existencia de 50 petroglifos prehispánicos y la presencia de restos culturales tainos, fechados por los investigadores, según la tipología cerámica, entre el año 1000 y el 1300. También se localizaron durante las excavaciones interesantes restos de fauna endémica de la isla. En cualquier caso también se resalta que los niveles arqueológicos de la cueva habían sido removidos en buena parte y esto impidió que se pudiese obtener la información completa del sitio.


Petroglifos de la cueva Collantes Los petroglifos en su mayor parte son de tipo antropomorfo, resultando algunas piezas de gran belleza. Destacan varias “caritas” grabadas en una estalagmita en la entrada Sur de la cueva y una enorme cara que utiliza la formación original para generar volumen en la pieza, situada en la entrada Norte. La tipología del arte rupestre es la habitual en todas las cuevas localizadas en la ciudad. La técnica habitual de trabajo es la abrasión de la roca caliza, pero hemos localizado un interesante diseño realizado por el método del martillado que probablemente es la estilización de la cara de la lechuza.

Después de los investigadores hubiesen realizado los trabajos la caverna fue alterada de manera sustancial; al parecer se pretendía realizar algún tipo de atracción dentro de la misma, tal vez un restaurante, al igual que se hizo con una cueva en el Parque Mirador Sur. Para ello se alteró la parte superficial de una claraboya que ilumina la sala central de la caverna, dotándola de un pretil de cemento. También se excavó un corredor dentro de la caverna en la misma roca y se cubrió el suelo con una plancha de hormigón. Por motivos que desconocemos la obra se paró y desde hace ya muchos años la cueva ha sido abandonada a su suerte. De esta manera la caverna perdió gran parte de su morfología original y en la actualidad es un auténtico basurero.

La caverna se encuentra en un estado lamentable. Basura, graffiti, muros de bloque, columnas de concreto y chatarra cubren gran parte de su desarrollo. Se han destruido paredes originales de la cueva y realizado grandes vaciados de zonas de la cueva. Pegado a la entrada de la caverna se ha construido la estructura de un edificio, hoy abandonada. A la caverna se puede acceder por un solar ubicado en la Avenida José Aibar Castellanos, ya que no hay puertas ni verjas que impidan la entrada. Sin embargo la vegetación ha cubierto buena parte del solar y para llegar a la cueva hubo que abrirse paso a golpe de machete, llevando especial cuidado con las grandes cantidades de basura, chatarra, restos de poda de jardines vecinos y escombro que están depositadas por todo el lugar.

Sin embargo las posibilidades de poner la cueva en uso público son muchas. Si se realizara una profunda labor de limpieza, cosa absolutamente factible y se preparase un recorrido interesante resaltando los sitios donde se encuentra el arte rupestre el sitio adquiriría gran valor como atracción cultural de la ciudad.

La cueva de Los tres Ojos

El Monumento Natural Cueva de Los Tres Ojos se encuentra en la provincia de Santo Domingo Este y cubre una superficie de 1 km². aproximadamente. El área protegida es una zona ajardinada donde se localiza una gran dolina que contiene varias cavernas. En el fondo de las cuevas reposan algunos lagos. La zona de la dolina y las cavernas presenta una espectacular vegetación tropical y los visitantes avezados también pueden observar algunas muestras de arte rupestre prehispánico situadas en la zona del sendero que discurre por la antropizada dolina.

El Monumento Natural Cueva de Los Tres Ojos fue creado mediante la Ley Sectorial de Areas Protegidas 202-04 dentro de la Categoría III: Monumentos Naturales. Anteriormente estaba considerado como un parque - museo y dependía de la Dirección Nacional de Parques.

Los Tres Ojos se sitúa en el Llano Costero Sur de la isla Española. Su composición geológica está formada por calizas del Mioceno. La formación que constituye el área protegida es una típica dolina, característica del relieve cárstico, formada por el hundimiento del techo de una caverna. En este caso la dolina tiene varios pozos u ojos. En el fondo de la dolina aflora el nivel freático en varios puntos generando lagos de aguas transparentes.

El área protegida cuenta con recursos culturales de especial interés, como son los petroglifos prehispánicos. Destacan dos estalagmitas geminadas frente a uno de los lagos a las que se han grabado ojos y boca, dándoles la apariencia de dos personajes que vigilan el área donde se encuentran.

También existe noticia de que en los lagos aparecieron abundantes restos de vasijas tainas, probablemente perdidas por los indígenas cuando sacaban agua potable de estos lugares. Muy cerca de este sitio existen importantes yacimientos arqueológicos tainos, por lo que probablemente los lagos de agua dulce del Monumento Natural Cueva de Los Tres Ojos fueron los reservorios de agua potable para los antiguos habitantes prehispánicos de esta zona, tal como es habitual en otros puntos de la isla.

En el Monumento Natural Cueva de Los Tres Ojos se encuentra un Centro de Recepción de Visitantes específico para área protegida. En esta caseta se ofrece información, se paga una económica entrada al sitio y se organizan visitas a la caverna con los guías que se encuentran permanentemente en el lugar. Sin embargo el arte rupestre que contiene el sitio no se menciona a los visitantes. Señalizar y promocionar las muestras de arte rupestre que contiene el sitio es fundamental y enriquecería la oferta cultural del área protegida y por ende de la ciudad de Santo Domingo.

La puesta en uso público de las cavernas

Las cuevas con arte rupestre de la ciudad de Santo Domingo pueden ser puestas en uso público de manera sencilla. Hasta el momento las que conocemos solamente contienen petroglifos, aunque probablemente, realizando labores de exploración sistemática, aparezcan cavernas con pinturas. Las cuevas con petroglifos admiten altos niveles de visitación, pues no contienen elementos en el arte rupestre que puedan ser degradados por el cambio de las condiciones que provocarían las visitas. Por otra parte los petroglifos siempre se encuentran en la entrada de las cuevas y a la vista de la luz solar; de esta manera las condiciones ambientales que soportan incluyen ya de por sí, variaciones en los niveles de humedad y de temperatura. Por ello la visitación no afecta de manera significativa estos elementos rupestres, siempre y cuando se mantenga una vigilancia que asegure un correcto manejo del arte rupestre.

Los petroglifos no se deben tocar ni resaltar utilizando medios físicos. El sistema del tizado de petroglifos ha sido desechado hace pocos años por los investigadores al comprobar que en algunos casos puede afectar a los diseños rupestres. Una manera correcta de evidenciar los petroglifos es utilizar fuentes de luz fría que remarque las sombras del surco haciendo que resalte la figura tallada en la roca.

La alteración de las cavernas se realiza en muchos casos por motivos meramente comerciales sin tener en cuenta para nada su valor cultural o natural. Dos de las cuevas más importantes del Parque Mirador Sur se han convertido, una en discoteca, La “Guacara Taina”, y otra en restaurante, el “Mesón de La Caba”. La utilización de estas cavernas ha destruido el arte rupestre que se encontraba en la actual discoteca. Las cuevas han sido sumamente alteradas, lo que ha llevado a la eliminación de la fauna que vivía en ellas. La morfología cavernaria también ha sufrido enormemente y con ello se han desvirtuado estos dos enclaves naturales de manera ya irreparable.


Cueva de las Maravillas

Destrucción de estratos arqueológicos Los lamentables ejemplos de funesto manejo de cuevas con arte rupestre puestas en “uso público” en el país, como el caso de la cueva de Las Maravillas y la cueva n°1 de Borbón son muestras de lo que nunca debe hacerse en un sitio rupestre. La cueva de Las Maravillas sufrió una irreversible destrucción de sus estratos arqueológicos y de su morfología original, además de convertir el arte rupestre en una atracción irrelevante que difiere completamente del sentido religioso y ritual de los diseños. La cueva n°1 de Borbón ni si quiera pudo ser abierta al público al haber sido destruido por completo su sistema natural de drenaje. Por si fuera poco las pinturas que se salvaron durante los trabajos de “limpieza” de la cueva (borraron casi 200 pinturas) están desapareciendo a marchas forzadas al estar siendo atacadas por hongos y líquenes que ha generado el enorme aumento de humedad en la cueva.


Destrucción en la cueva n°1 de Borbón Estos ejemplos patentes deben servirnos para garantizar que la puesta en uso público de las cuevas de la capital debe ser manejada por arqueólogos y conservadores expertos en el arte rupestre. De esa manera se garantiza la integridad del recurso cultural y además se puede incluir un sistema de cartelería informativa que permita entender a los visitantes lo que están viendo plasmado en las paredes.

La morfología original de las cavernas nunca debe ser modificada para ponerlas en uso público. Las cuevas eran antiguos templos donde el arte rupestre se disponía de manera muy meditada. Alterar la morfología de la caverna es desvirtuar su sentido mítico y religioso, por lo que el conjunto de arte rupestre que alberga perdería su integridad. Todas las instalaciones que se requieran para facilitar el acceso a las cavernas deben ser desmontables y colocadas mediante anclajes.

La primera actividad que debe emprenderse si queremos aprovechar el excelente arte rupestre con que contamos en la ciudad es limpiar las cuevas de toda la basura que contienen las cuevas y abrigos donde se localiza. Después se podrían excavar los sitios que aun conserven estratos arqueológicos para obtener toda la información que puedan proporcionarnos. En otra fase se debe restaurar en la medida de lo posible la vegetación original del entorno de las cuevas. Posteriormente colocar la correspondiente cartelería informativa y establecer el sistema de vigilancia y de visitas guiadas correspondientes. No es necesario colocar sistemas fijos de luces. Resulta mucho más atractivo entrar con linternas e ir descubriendo poco a poco las piezas de arte rupestre de la misma manera que los hicieron, hace milenios, los shamanes prehispánicos que labraron los diseños en las paredes de las cuevas.

Resulta también de la mayor importancia respetar la fauna que viva en la caverna, sobre todo las colonias de murciélagos. Por ello es fundamental la presencia de biólogos en la confección de los proyectos de puesta en uso público de cavernas, ya que su orientación es fundamental para garantizar la salvaguarda de la fauna cavernaria.

La oportunidad que tiene la ciudad de Santo Domingo de crear un circuito cultural basado en el arte rupestre de las cavernas que aun se conservan en el casco urbano de la ciudad es única. Desde esta tribuna queremos motivar a las autoridades municipales y nacionales para que esta labor se emprenda, dotando de esta forma a la capital de un nuevo atractivo cultural que elevaría considerablemente el nivel de la oferta turística de Santo Domingo.


Belando, Adolfo López. El arte rupestre en la ciudad de Santo Domingo y su puesta en uso público como atractivo cultural. En Rupestreweb, http://www.rupestreweb.info/artesantodomingo.html 2010


Fuentes

  • Caba, Angel, Olsen, Harold 1983 - “Descripción de Tipos Cerámicos de Cueva Collantes, DN”. Santo Domingo, República Dominicana. Boletín del Museo del Hombre Dominicano nº 18. Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana. pp. 91-109.
  • Jiménez Lambertus, Abelardo, 1987 - Los Petroglifos de Schomburg en Borbón, San Cristóbal. Santo Domingo, Republica Dominicana, Actas del VIII Simposium Internacional de Arte Rupestre Americano, Museo del Hombre Dominicano, pp 147-154.
  • López Belando, Adolfo, 2004 - El Arte en la Penumbra. Pictografías y Petroglifos en las Cavernas del Parque Nacional del Este. Santo Domingo, Republica Dominicana, Grupo BHD, PROEMPRESA, 360 p.
  • López Belando, Adolfo, 2007 - “El Arte Rupestre en la República Dominicana. Las Escuelas de Pintura Rupestre de la República Dominicana”. San Augustine, Trinidad. Proceeding of the Twenty-First Congress of International Association for Caribbean Archaeology. University of West Indies, School of Continuing Studies, pp. 512 - 524.
  • López Belando, Adolfo, 2008 - “El Arte Rupestre en las Antillas Mayores”. Paris, Francia. World Heritage Papers nº 24., UNESCO, pp 190 - 199.
  • López Belando, Adolfo, 2008 - “La Cueva de Las Maravillas y la Cueva n°1 de Borbón, Dos Centros Ceremoniales Rupestres Irreversiblemente Afectados Por Su Puesta en Uso Público”. Santo Domingo, República Dominicana. Boletín del Museo del Hombre Dominicano n°42, Actas Congreso de Antropología y Arqueología Fernando Luna Calderón, pp. 373 - 380.
  • Morales, Carlos, Rímoli, Renato, Marichal, Pragmacio, 1971 - “Informe Preliminar Acerca de un Importante Descubrimiento Precerámico”. Santo Domingo, República Dominicana. Listín Diario, Suplemento Dominical n° 19753, junio 1971.
  • Rímoli, Renato, Nadal, Joaquín 1980 - “Cerámica Temprana de Honduras del Oeste”. Santo Domingo, República Dominicana. Boletín del Museo del Hombre Dominicano nº 15. Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana. pp. 17 - 81.
  • Pagán Perdomo, Dato, 1979 - Inventario del Arte Rupestre en Santo Domingo. Santo Domingo, Republica Dominicana, Boletín del Museo del Hombre Dominicano nº 12 pp, 119-136.
  • Pane, Ramón, 1987 - Relación a Cerca de las Antigüedades de los Indios. México, Versión de José Juan Arrom. Editorial Siglo XXI, 125 p.
  • Rodríguez, Cayetano Armando, 1976 - “Geografía de la Isla de Santo Domingo y Reseña de las Demás Antillas”. Santo Domingo, República Dominicana. Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Vol. XI, 504 p.
  • Veloz, Marcio, Ortega, Elpidio, 1973 - “El Precerámico de Santo Domingo, Nuevos Lugares y su Posible Relación con Otros Puntos del Area Antillana”. Santo Domingo, República Dominicana. Museo del Hombre Dominicano, Papeles Ocasionales n°1.
  • Veloz, Marcio, Rímoli, Renato, Luna, Fernando 1983 - “Investigaciones Arqueológicas en Cueva Collantes, DN”. Santo Domingo, República Dominicana. Boletín del Museo del Hombre Dominicano nº 18. Secretaría de Estado de Cultura de la República Dominicana. pp. 73 – 90.
  • Veloz Magiolo, Marcio, 1993 - La Isla de Santo Domingo Antes de Colon. Santo Domingo, República Dominicana, Banco Central de la República Dominicana, 211 p.